Opinión

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15 de julio de 2019, 4:00 AM
15 de julio de 2019, 4:00 AM

La campaña por el sillón presidencial no descansa, todo lo contrario, parece intensificarse día a día. Tras la renuncia de Edwin Rodríguez, las acusaciones de traición, corrupción y otros epítetos regaron el aire. Por su parte, el presidente Evo Morales y el candidato Carlos Mesa encienden otro cruce de afirmaciones por un supuesto debate que no tendremos el gusto de conocer. Mientras las propuestas se hacen esperar, el calendario corre por otra vía rumbo a las listas de candidatos que el próximo viernes verán la luz no sin polémica.

La épica final en Wimbledon, la catedral del tenis, tuvo finalmente un dueño, Novak Djokovic. La superdefinición en tie-break en el quinto set, dos puntos de partido que tuvo en sus manos Roger Federer, casi cinco horas de juego intenso, forman parte de las estadísticas. Una demostración de categoría, precisión, despliegue físico, talento y coraje, hicieron que los presentes salieran con las manos rojas y el corazón en la boca. Fue la final más larga de la historia (4h57m), hubo 71 juegos, 68 disputados y tres tie-breaks ganados por el serbio. Federer recorrió 5.810 metros y Djokovic, 5.623. El suizo marcó 218 puntos y el serbio 204. Podemos reducir a cifras a esta memorable batalla, pero las emociones vividas fueron insuperables.

En pocas horas, se han decomisado en dos sitios de Bolivia 473 kilogramos de cocaína, de acuerdo con informes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn). Uno de ellos en la ciudad de El Alto y el otro en Puerto Siles, Beni. En el primer caso, tras el operativo, 308 kilos de cocaína y seis personas detenidas. El ministro Romero estimó que el valor de lo incautado supera los $us 750.000. En el otro decomiso de 161 kilogramos de clorhidrato de cocaína el monto alcanzaría $us 500.000, según el comandante de la Policía, Yuri Calderón. Cifras preocupantes que engordan una estadística alarmante.

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