Opinión

Candidatura boliviana para la CIDH

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6 de mayo de 2018, 22:29 PM
6 de mayo de 2018, 22:29 PM

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue establecida en 1978. Recibe casos cuando uno de los Estados parte viola derechos o libertades protegidos por la Convención Interamericana de DDHH (1969) o Pacto de San José de Costa Rica. Ni entidades ni personas pueden presentar sus casos ante la CIDH, pero sí pueden recurrir a la Comisión Interamericana de DDHH y esta puede llevar un tema ante la Corte siempre que el Estado cuestionado haya aceptado su competencia. La CIDH  está formada por siete jueces, duran seis años y son reelectos una sola vez. Deben ser juristas de alta autoridad moral y expertos en derechos humanos. Cada país puede presentar un candidato.

La CIDH viene siendo cuestionada por la politización de sus nombramientos y por pomposidades que solo disfrazan su inoperancia. El juez argentino Eugenio Zaffaroni fue nombrado arbitrariamente por Cristina Kirchner, pese a ser un personaje polémico en su propio país. Ahora Zaffaroni despotrica contra Mauricio Macri, en lugar de abocarse a sus funciones. Ha habido otros casos.

El derecho humano de vivir en democracia con alternancia en el poder y sin prorroguismo ha sido puesto en jaque desde hace tiempo y sin que la CIDH jamás se hubiera pronunciado al respecto. En Bolivia el afán reeleccionista de Evo Morales -tras desconocer el referéndum adverso del 21 de febrero de 2016- obtuvo una peculiar interpretación del sumiso Tribunal Constitucional Plurinacional: por “derecho humano” se aceptó la reelección indefinida, basándose en el artículo 23 del Pacto de San José de Costa Rica, sin percibir que este norma derechos y obligaciones para el ciudadano común, no para gobernantes, sujetos por definición a sus leyes internas. Desde las primeras (exitosas) intentonas de prorrogarse con ese pretexto y que vienen del año 2003, la CIDH no dijo nada. Su silencio cómplice de tantos años permitió varias piruetas seudolegales que culminaron con reelecciones no previstas en normas constitucionales.

Ante ese discutido ente, Bolivia presentó la candidatura de Nardi Suxo, exministra y embajadora en Ginebra ante organismos internacionales. Allí la actividad boliviana consistió en votar sistemáticamente en contra de resoluciones del Consejo de Seguridad auspiciadas por las democracias occidentales. En un foro de candidatos -pocos días atrás en Washington- Suxo fue cuestionada por violar DDHH y por  apoyar dictaduras en Venezuela, Cuba e Irán. Asimismo, se criticó su voto en el caso de  Siria, pese al uso indebido de armas químicas. Así andamos, así estamos…