Opinión

¡Basta de culpar a las lluvias!

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7 de enero de 2018, 4:00 AM
7 de enero de 2018, 4:00 AM

Ya publiqué algo al respecto antes, pero vale repetir el tema a principios de este 2018; sobre todo, porque -de buena fe- los medios (escritos, visuales y radiales) siempre caen como ‘chorlitos’ e involuntariamente no expresan el 100% de la verdad. Por repetir lo que la autoridad de turno dice (o por mera costumbre) afirman que “tal puente cayó por exceso de lluvias” o que “las lluvias arruinaron el pavimento” y así sucesivamente…

¿Cuál es la verdad de la milanesa? El puente colapsó y el camino se deterioró por estar ambos mal construidos, por ser de pésima calidad. Esa sí es la verdad verdadera. Lo lamentable es que, con echarle la culpa a la naturaleza, todos los responsables se lavan las manos. A todo esto, nuestro pobre país sigue pagando el pato, al mismo tiempo que se mantiene como uno de los estados del mundo con las peores rutas viales y calles urbanas en términos de calidad.

Hay ciudades en este planeta donde la lluvia es permanente. Seattle, en el estado de Washington (EEUU), es una de ellas; llueve prácticamente los 365 días al año. Al sur de esa gran urbe (Renton) se alza la gigantesca planta de la Boeing, donde se construyen los diversos modelos de aviones militares y comerciales de esa empresa de fama mundial. Llueve y llueve, pero nada se cae porque todo está bien hecho; de haber un error, se cobran multas y se ejecutan las boletas de garantía o algún otro tipo de documento de respaldo. 

Acá en Bolivia no pasa nada, las cosas siguen igual y resulta que es la lluvia o el peso de los camiones lo que “destruye”, en lugar de percatarse que dicha destrucción es producto de las coimas repartidas y de la reducción de los términos cualitativos de la obra. Ocurre todos los días, viene sucediendo desde hace décadas, con todos los gobiernos y con mayor auge ahora, no es nada novedoso. Y, sin embargo, los medios nativos siguen refiriéndose a “fenómenos naturales” como causa de los deterioros. No voy a negar que cuando se producen verdaderas catástrofes sí resulta que ellas son las culpables de la destrucción de puentes o caminos, pero en ese caso hablamos de algo tremendo, de cosas que casi nunca suceden en nuestro diario vivir nacional, pero donde resulta que un par de lluvias ya son “terribles” y bien sabemos que no hay tal cosa. Lo que se cae es porque está mal hecho, así de simple. Ya es hora de acabar con las noticias a medias (en este campo al menos) para decir y escribir las cosas como son.

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