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17 de marzo de 2018, 4:00 AM
17 de marzo de 2018, 4:00 AM

Resulta interesante la autoridad con la que Andrés Pastrana se jacta al momento de hablar sobre narcotráfico en Bolivia pues, al parecer, los resultados de la lucha contra el narcotráfico en Colombia bajo su mandato reflejan lo opuesto de lo que él predica. No nos olvidemos que en un tuit con acusaciones infundadas dijo textualmente: “Plan Colombia salvó a Colombia de las garras del narcotráfico”.

Antes del récord histórico de incremento en hectáreas de hoja de coca en Colombia registrado en 2016, el momento en que los cultivos de hoja de coca alcanzaron sus niveles más altos fueron precisamente durante la presidencia de Pastrana, que coincidió con el inicio del Plan Colombia (una de las políticas más represivas liderada por el Gobierno de EEUU en la región) en 1999. De acuerdo con datos de la Unodc, en 1997, en Colombia se registraron un total de 79.000 hectáreas de cultivos de coca, habiendo llegado a su pico histórico más alto en el 2000, bajo la presidencia de Pastrana, con un total de 163.000 hectáreas y dejando a Colombia el 2002 con más de 100.000 hectáreas de plantaciones de coca. Asimismo, el Plan Colombia impulsado por Pastrana se ha caracterizado no solo por su fracaso en la erradicación de cocales, sino también por la agresividad de los aviones fumigadores, la brutalidad de los paramilitares y el hecho de que en 2002 las FARC lograron su pico más alto de capacidad, es decir, el año que Pastrana termina su Presidencia.

En datos, el país que dejó Pastrana y su Plan Colombia fueron, por ejemplo, un total de 28.837 homicidios, 2.882 casos de secuestro y más de 700.000 casos de desplazamiento forzado en el 2002, año que terminó su mandato. En contraste a esas cifras alarmantes, en 2017, Colombia ha reportado un total de 10.871 homicidios, 190 secuestros, 54.694 casos de desplazamiento forzado. Es decir, las decisiones que ha tomado en su momento Pastrana no reflejan su discurso, claramente político, e influenciado por quienes han sido los principales financiadores e ideólogos de esta política perversa que tanto daño le ha hecho a los colombianos.

Bolivia, por su parte y bajo el liderazgo del presidente Evo Morales, ha decidido empezar alejado de la injerencia de EEUU, con un cambio de paradigma: pasar de la prohibición a la regulación de los cultivos de hoja de coca bajo el modelo de la erradicación concertada y el control social. Esto ha implicado no solo poder mantener niveles bajos de cultivos de coca (para usar años similares, en 1997 Bolivia reportó 31.500 hectáreas y en 2017 se registraron 23.100) sino también el respeto a los derechos humanos de los cultivadores, y la búsqueda de alternativas para usos legales de la hoja de coca con apoyo de la Organización Mundial de la Salud. Esto ha posicionado a Bolivia como el país con menor capacidad de producción de cocaína entre los tres países cultivadores de hoja de coca y también en el país con menor capacidad de exportación de cocaína entre estos tres países.

Sin embargo, y para finalizar, es importante remarcar que a lo que el Gobierno del presidente Morales apuesta con este cambio de paradigma es a la regionalización de la lucha contra el narcotráfico de manera soberana y libre de injerencia estadounidense, lo que ha implicado, a la fecha, estrechar lazos de cooperación entre países de la región, incluyendo Colombia, y dejando atrás esas prácticas obsoletas, como las que pretende ejercer Pastrana, de confrontación y politización. 

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