Opinión

Agrupación espontánea y protesta ciudadana

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21 de enero de 2018, 18:56 PM
21 de enero de 2018, 18:56 PM

Hoy, después de unas semanas del polémico fallo y golpe contundente a la Constitución por parte del Tribunal Constitucional, podemos observar la gran cantidad de movilizaciones que hubo de manera latente en las principales ciudades del país. Sin duda alguna la lucha ardua y continua de estos grupos es notable en las redes sociales, donde hoy podemos festejar en parte por sus acciones la victoria del voto nulo a escala nacional, el cual demuestra una vez más la ilegitimidad del Poder Judicial. 

Esos jóvenes, hombres y mujeres, ciudadanos apartidistas, que voluntariamente citan a la población por medio de las redes sociales, hoy, sin descanso, salen a las calles. Empero, me permito cuestionar de manera específica a las plataformas ciudadanas: podemos estar gritando y coreando en la plaza todos los días si es necesario, despilfarrando energías que demuestran la inconformidad con este Gobierno autoritario, pero ¿hasta qué punto vamos a estar en esta situación? El fervor nos mantendrá de pie y en las calles por un tiempo, día tras día, pero ese desgaste a largo plazo es contraproducente, porque habrá fechas en las que estaremos llamados a apoyar las decisiones de la Asamblea de la Cruceñidad. Estas decisiones que deben ser acatadas por toda la población para que sean contundentes y de gran impacto. 

¡Qué cobardía de aquellos que quieren camuflar el odio con la lucha! Esta lucha debe ser con cabeza fría, inteligencia y perseverancia. Debemos actuar a la altura de lo que soñamos. “Divide y vencerás”, dijo el emperador romano Julio César. Por este motivo, si estas agrupaciones espontáneas no buscan en concreto generar propuestas, el Gobierno nos va a derrotar nuevamente. Necesitamos unificar este país. Necesitamos que las personas, una vez cada cinco años, participen y controlen el voto. Sean fiscales voluntarios. Porque como escuchaba decir a un senador, gana el que cuenta sus votos y en cada acta, en cada recinto electoral; necesitamos control para evitar más corrupción y fraudes por parte de este Gobierno. Tenemos que acabar con ese pensamiento de la idiosincrasia boliviana: “Cuando me afecte, recién actuaré al respecto”. 

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