Opinión

A 14 años de octubre negro

El Deber logo
17 de octubre de 2017, 4:00 AM
17 de octubre de 2017, 4:00 AM

Hace 14 años en Bolivia se abrieron profundas heridas que aún no han sanado y que reviven en cada aniversario de la guerra del gas. En el penoso octubre negro de 2003 murieron más de 70 personas, estalló una crisis política que produjo cambios de fondo y se inició lo que debió ser el cumplimiento de una agenda por parte del poder, pero que aún está pendiente.

El disparador fue la intención de venderle gas a Estados Unidos a través de Chile, proyecto gestado desde el Gobierno de Jorge Quiroga y madurado en el de Gonzalo Sánchez de Lozada. No obstante, las protestas de febrero, septiembre y octubre de 2003 eran consecuencia del rebalse de un descontento social acumulado, que se convirtió en el combustible que atizaba bloqueos carreteros, movilizaciones callejeras y hasta emboscadas del sector campesino a las fuerzas del orden, las cuales reprimieron con bala.

Los bolivianos, especialmente en las ciudades del eje, vivieron días de escasez, de angustia y de enfrentamientos que terminaron con la exigencia de renuncia del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, quien se vio obligado a huir de la residencia oficial en un helicóptero y a viajar sin retorno rumbo a Estados Unidos. Como consecuencia del descontento social también se polarizó la sociedad, entre quienes exigían sus derechos postergados durante siglos y las clases que habían logrado mayores beneficios económicos y sociales.

En ese escenario, se gestó una agenda que planteaba modificar la ley para nacionalizar los hidrocarburos, procesar a los que habían sido responsables de las muertes, entrar en la era de la industrialización de los recursos naturales, indemnizar a las víctimas de la guerra del gas, entre otros puntos.

A 14 años de ese doloroso capítulo para el país, Bolivia dejó de ser república y ahora es un Estado Plurinacional; se ha producido una inclusión social que es destacada como uno de los mayores logros de este Gobierno; hubo nacionalización de los hidrocarburos y de otras empresas que habían sido capitalizadas en el Gobierno del MNR. No obstante, quedan deudas que la ciudadanía no olvida y aún reclama.

Si bien hubo condena a cinco militares por la guerra del gas, aún no se resuelve el pedido de que Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Sánchez Berzaín retornen al país para rendir cuentas por los muertos de octubre. No todas las víctimas de octubre negro recibieron indemnización. En el ámbito económico, 14 años después, Bolivia no logra consolidar su ingreso a la industrialización y la economía sigue siendo sustentada por el extractivismo de los recursos naturales.
En octubre de 2003 hubo dirigentes protagonistas y parte de ellos en este momento está en el bando opositor al actual Gobierno. El país se mantiene polarizado, ahora por el planteamiento de repostulación de Evo Morales.

La guerra del gas abrió heridas, pero los gobernantes y gobernados no aprendieron a que esa amarga experiencia indique el camino de la reconciliación, en aras de promover mejores condiciones para los bolivianos, y el trabajo con la mira puesta en objetivos comunes.

Tags