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3 de enero de 2019, 4:00 AM
3 de enero de 2019, 4:00 AM

La posesión de Jair Bolsonaro fue un acto comunicacional extraordinario y bien ensayado. Es relevante el hecho inédito de concederle a la Primera Dama la oportunidad de dirigirse antes que el primer mandatario a los cientos de miles de brasileños que llegaron a la explanada de Planalto. Michelle Bolsonaro se convirtió rápidamente en la estrella de la transmisión del mando al comunicarse en lenguaje de señas, especialmente con minorías como la comunidad de sordos. En Brasil los medios la llaman ya “popstar” y están a la expectativa de la influencia que puede conseguir. Igual de relevante fue la puesta en escena de los dos cortos discursos de Bolsonaro. Ninguno llegó a diez minutos y el segundo tuvo un cierre llamativo cuando el presidente levantó una gran bandera de su país. El nuevo gobierno se estrenó así con una impecable gestión de comunicación.

El coloso del Norte y el coloso del Sur serán grandes aliados, mientras Trump y Bolsonaro estén en el poder. Ambas administraciones expresaron ayer que combatirán a los gobiernos bolivarianos, considerados textualmente como “la troica de la tiranía”. Los identificados así son los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, aliados incondicionales del gobierno del MAS. Evo Morales estuvo en la posesión en Brasilia y hasta ahora ha sido excluido del bloque de presidentes calificados de “autoritarios”. Hay que ver, sin embargo, qué sucederá tras el anuncio de EEUU y Brasil de acciones conjuntas que pueden cambiar el escenario previo a esta alianza de poderosos.

Un sereno estrelló una camioneta municipal cuando estaba ebrio en Año Nuevo. El hombre accedió a la llave y usó el motorizado sin temor alguno. Ya dan ganas de llorar con tanto relajo en el uso de bienes públicos.

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