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24 de mayo de 2018, 4:00 AM
24 de mayo de 2018, 4:00 AM

El caso Lava Jato ha calentado esta semana la política nacional por las dudas que ha generado la presidenta de la Comisión Especial Mixta, Susana Rivero (MAS), sobre la transparencia de la gestión del expresidente Carlos D. Mesa. La respuesta del exmandatario ha sido de molestia y posterior descargo mediático detallado de la responsabilidad de su Gobierno en un contrato vial y en el supuesto pago de un soborno en otros periodos gubernamentales que no corresponden al suyo. Mesa dio un paso más al mencionar la necesidad de que también se indague a otros gobiernos como el de Eduardo Rodríguez Veltzé y el de Evo Morales. El expresidente aceptó ayer la invitación a declarar que le hizo la comisión conformada por opositores para investigar este delicado caso. Hasta ahora no hay nada claro,  sino mucha confusión en las indagaciones preliminares.

Ni la comisión oficialista ni la opositora garantizan una investigación imparcial y seria, por la politización evidente del tema. Ante las dudas, tanto los que gobernaron con Mesa como los que lo sucedieron tendrán que dar la cara para aclarar en algún momento y en una instancia mínimamente creíble cuánto tuvieron o no que ver con un presunto soborno proveniente de una constructora brasileña, que probablemente existió en años pasados.  

A mitad de semana se supo que la selección de basquetbol de Bolivia, que nos representará en los Juegos Suramericanos 2018, comenzó a entrenar sin DT. También se informó de que la selección juvenil de fútbol todavía esperaba jugadores para completarse. Qué tristeza que nos da sentir tanta improvisación y desatención de algunas delegaciones de los anfitriones de los Codesur. 

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