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1 de marzo de 2018, 4:00 AM
1 de marzo de 2018, 4:00 AM
Con la promesa
de negociar un acuerdo de reciprocidad, los gobiernos de Bolivia y de Argentina han puesto paños fríos a un innecesario entredicho diplomático que pudo evitarse con mejor comunicación. La intención de cobrar a los extranjeros que son atendidos en hospitales argentinos o que estudian en universidades del vecino país disparó tensiones, considerando que muchos bolivianos reciben ambos servicios gratuitamente en la nación de Macri.  La supuesta negativa inicial de la administración de Evo de actuar en reciprocidad causó un malentendido, que por fortuna ha sido rápidamente superado. Corresponde que Bolivia y Argentina mantengan el buen estado de sus relaciones, considerando la vecindad y la hermandad histórica de ambos países. La reciprocidad es una buena respuesta para fortalecer una integración binacional que merece el máximo nivel de desarrollo, al margen de las diferencias ideológicas de sus gobernantes. 

 

Otro llamativo robo
nos vuelve a inquietar. Resulta que se llevaron 263.453 litros de gasolina de instalaciones de YPFB en Yacuiba, lo equivalente a 15 cisternas, según cálculos iniciales. Obviamente, los robaron, poco a poco, paso a paso y se lo ha descubierto cuando parece inevitable descubrirlo o cuando era ya demasiado obvio que se sepa. El daño económico supera los $us 100.000 y esperamos las explicaciones de cómo ocurrió semejante “fuga” delictiva y masiva de combustible. 

 

Lo que parece
que dará para largo es el debate sobre la construcción de puentes en el Piraí. El problema es que, mientras tanto, seguirán las colas para cruzar de una a otra orilla. 
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