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10 de enero de 2018, 4:00 AM
10 de enero de 2018, 4:00 AM

Los médicos levantaron uno de los paros más largos de la historia. 47 días, que sirvieron para hacer retroceder al Gobierno con un artículo que penalizaba la mala praxis. Pero, además, consiguieron que se debata en los próximos meses una ley de salud. Fue duro el sacrificio de los galenos y, sobre todo, de los pacientes, cuando se pudo evitar un costo tan alto con voluntad de diálogo. Penosamente se llegó a una situación in extremis, en una negociación fallida de la ministra del sector, que fue reemplazada en el diálogo por el ministro de Gobierno, con mayor experiencia y habilidad para pactar. No obstante, los servicios de salud no se normalizan aún porque otros trabajadores del sector mantienen su propio paro. La constancia y el coraje de los médicos en su lucha han sido ejemplar, más allá del reproche de los dirigentes de otras organizaciones que se sumaron tardíamente a las movilizaciones. Los galenos abrieron la senda que otros deben continuar para conseguir un Código Penal aceptado por las mayorías ciudadanas.

Mejor salud para los bolivianos es lo que deseamos todos. El sacrificio de los 47 días de huelga médica debe servir para un cambio cualitativo de los servicios hospitalarios. De lo contrario, la lucha ha sido inútil si solo busca mantener privilegios o el statu quo que impide el progreso de la medicina boliviana.

Se viene un paro cívico en Santa Cruz y la pregunta es si el Comité pro Santa Cruz tendrá el apoyo que tuvo en el pasado, sobre todo de los empresarios y agroproductores, que son el motor de la pujante economía cruceña. 

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