Piden a gobiernos y organizaciones humanitarias no normalizar la exclusión de mujeres en las visitas a los talibanes

27 de octubre de 2021, 11:13 AM
27 de octubre de 2021, 11:13 AM

Potencias mundiales y organizaciones internacionales de ayuda, que reclaman un Afganistán inclusivo bajo los talibanes, se enfrentan a críticas por enviar delegaciones exclusivamente masculinas a Kabul para reunirse con los islamistas radicales.

Desde que tomaron el poder en agosto, los talibanes formaron un gobierno sin mujeres y restringieron su acceso al empleo y la educación, desatando condenas en el exterior.

Pero la presencia femenina no ha sido mucho mejor entre los países y grupos de ayuda en sus reuniones con los nuevos líderes afganos, quienes buscan el reconocimiento internacional.

"Mujeres de alto rango deben dirigir las interacciones con los talibanes (...) No excluyan a las mujeres", dijo Shaharzad Akbar, la líder exiliada de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán.

Pidió en Twitter a gobiernos y organizaciones humanitarias "NO NORMALIZAR la exclusión de mujeres de los talibanes".

Dar el ejemplo

Heather Barr, de Human Rights Watch, creó una lista bajo la etiqueta "sausageparty" (fiesta de salchichas), de fotos subidas por los talibanes de sus reuniones con delegaciones en Kabul.

"Países extranjeros y especialmente organizaciones de ayuda deben dar el ejemplo", dijo Barr a AFP.

"Nadie debe dejar que los talibanes piensen que este mundo de solo hombres que ellos están creando es normal", agregó.

Los talibanes han subido decenas de fotos a redes sociales de sus reuniones con representantes extranjeros, y en ninguna aparecen mujeres.

Entre las reuniones destacadas figura una de este mes del enviado británico Simon Gass y los viceprimeros ministros interinos Abdul Ghani Baradar y Abdul Salam Hanafi.

Un funcionario dijo a AFP que fue una coincidencia que el enviado especial y el jefe de misión fueran hombres.

Pakistán, que ha aconsejado a los talibanes sobre cómo obtener apoyo internacional, también subió fotos y un video de un grupo masculino que acompañó al ministro de Relaciones Exteriores y el jefe de inteligencia en sus reuniones en Kabul.

Fawzia Koofi, una exlegisladora y negociadora en las conversaciones de paz entre el depuesto Gobierno afgano y los talibanes en Catar, expresó su enojo.

"Como líderes mundiales, cuando hablan de los derechos de las mujeres también deben actuar, necesitan demostrar que creen en ello, que no es solo una declaración política", dijo Koofi a AFP.

Sin complacencia

Aún más preocupante, dijo Barr, son las muchas fotos de reuniones entre los talibanes y organizaciones humanitarias que parecen seguir el mismo patrón.

Contactadas por la AFP, las organizaciones en su lista destacaron su dedicación a los derechos de las mujeres y dijeron que buscan incorporar mujeres en sus encuentros con los talibanes.

Pero varias reconocieron haber celebrado al menos una reunión con los islamistas sin la presencia de mujeres.

El Comité Internacional de la Cruz Roja, Unicef y Médicos Sin Fronteras explicaron que en las ocasiones en que se tomaron esas fotos habían enviado delegaciones pequeñas que solo tenían hombres.

Pero la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja dijo que un cambio de último minuto hizo que una mujer que iba a participar en una reunión no pudiera asistir, con lo cual solo hubo hombres.

La ausencia de mujeres en posiciones de alto nivel revela que, si bien Afganistán es un ejemplo extremo, no es el único sitio donde las mujeres son excluidas.

"Las preocupaciones crecientes sobre los derechos de las mujeres en una sala llena de hombres parece extraño", comentó Barr.

La ONU anunció recientemente una misión a Afganistán compuesta enteramente por mujeres para discutir con los talibanes sobre la educación de las niñas.

Los dirigentes talibanes, si bien nunca incluyen mujeres en su equipo, se han reunido con mujeres en diferentes ocasiones, incluso cuando negociaban en Catar con el anterior Gobierno afgano.

Koofi, quien sobrevivió a dos intentos de asesinato, dudó en participar en las conversaciones con los militantes, quienes encarcelaron a su esposo y amenazaron con lapidarla por pintarse las uñas, durante su anterior mandato, de 1996 a 2001.

Pero sentarse cara a cara con ellos la hizo sentirse "poderosa".

"Para mí era importante hacerme visible y que mi mensaje fuera claro para ellos", dijo a AFP en 2019.