Hoy se elegirá al presidente de esa nación centroamericana. Son los sextos comicios después de la finalización de la guerra civil de 12 años, que concluyó en enero de 1992.

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3 de febrero de 2019, 4:00 AM
3 de febrero de 2019, 4:00 AM

El Salvador elegirá hoy a su presidente por los siguientes cinco años. El nuevo mandatario tendrá que buscar nuevas soluciones para solventar los principales problemas del país, entre estos, la violencia generada por las pandillas. Más de 5,2 millones de ciudadanos están convocados a votar en los comicios presidenciales, sextas elecciones desde que finalizó la guerra civil (1980-1992), que se celebrarán bajo un fuerte dispositivo de seguridad, integrado por 23.300 policías, para evitar que la jornada se vea afectada por la criminalidad.

El favorito

Conocido como ‘el golondrino’, por el emblema de su partido, Nayib Bukele (1981), el carismático exalcalde de San Salvador, logró consolidarse como favorito, con un discurso irreverente ante la desgastada política tradicional.

Bukele, quien gusta lucir jeans, calcetines de colores vivos y muchas veces una gorra con visera hacia atrás, se presenta bajo la bandera celeste de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana, conservadora).

Con frases cortas que reclama a la derecha “devuelvan lo robado”, o que “el dinero alcanza cuando nadie roba”, el candidato de Gana tiene empatía con los jóvenes, a quienes mantiene conectados vía redes sociales, y sus propuestas las ha presentado por Facebook Live. Como alcalde de San Salvador se identificó con los millenials, al grado de proyectarles en la plaza El Salvador del Mundo una película de la serie animé Dragon Ball o participar en competencias de paintbal. 

La familia Bukele simpatizaba con los principios de la guerrilla izquierdista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

El as de la derecha

Desmarcándose de los escándalos de corrupción que salpicaron a dos expresidentes de su partido, Carlos Calleja, un joven empresario de supermercados, es la carta de la derecha para recuperar el poder perdido hace una década en El Salvador.

Cree que puede recuperar la presidencia que su partido, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), perdió en 2009 ante el partido de la ex guerrilla izquierdista, actualmente en el poder. Asegura que donará para beneficencia el salario que ganaría como mandatario (5.181 dólares mensuales).

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