Solo el 39% de los encuestados en EEUU lo respalda. Analistas alertan que el liderazgo de Estados Unidos en el mundo está en peligro. El Senado no logró extensión del presupuesto

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20 de enero de 2018, 4:00 AM
20 de enero de 2018, 4:00 AM

Con un discurso nacionalista y antiinmigrante, abiertamente racista y fuertes cuestionamientos a sus principales políticas a escala interna y mundial, Donald Trump cumple hoy un año de gestión como el presidente con el menor índice de popularidad de la historia moderna de Estados Unidos. Anoche el Senado no pudo lograr la extensión de su presupuesto  

Así lo muestra una encuesta encargada por la cadena NBC y el diario The Wall Street Journal que señala que tan solo un 39% de los estadounidenses aprueba el trabajo de Trump que tomó posesión del cargo el 20 de enero de 2017, el nivel más bajo registrado por un “presidente moderno” en la historia de ese país.

En comparación con otros presidentes, la aprobación de Trump dista mucho en su primer año: el también republicano George W. Bush cosechó un 82% y los demócratas Bill Clinton y Barack Obama mantuvieron un 60% y un 50% de respaldo, respectivamente.

Mientras, el 57% de la población desaprueba la labor de Trump y un 51% rechaza “fuertemente” su desempeño desde que alcanzó la Presidencia. A su favor, uno de cada cuatro estadounidenses, un 26%, aprueba “fuertemente” la actuación del magnate republicano.

La diferencia de aprobaciones se agudiza entre los votantes de cada partido, ya que el 78 % de los republicanos se muestra satisfecho con Trump en sus primeros 365 días en el poder, cuando solo el 8 de los demócratas comparte esta opinión; entre los independientes, uno de cada tres   -33%- lo ve positivo.

Entre los que aprueban a Trump, destaca un 46% de los hombres, un 45% de los varones blancos y un 41% entre las personas mayores, según el sondeo.

Esta proporción cae hasta el 35% entre quienes tienen una edad comprendida entre los 18 y los 34 años, a un 33% entre las mujeres, a un 26% entre latinos y a un 8% entre los afroamericanos.

Entre las afirmaciones escogidas por los encuestados para definir cómo se sintieron con el primer año de esta Presidencia, el 38% dijo estar “asqueado”; el 24%, “asustado”; el 23%, “esperanzado”; el 12%, “orgulloso”; y el 11%, “enfadado”.

Sobre los logros más positivos durante este año de Trump en la Casa Blanca, el 20% escogió “la fuerte economía y el bajo desempleo”, mientras el 13% apoyó la idea del presidente de “poner Estados Unidos primero”.

En esta línea, el 37 % consideró que ninguna de las respuestas potenciales les parecían “positivas” dada la actuación del presidente.

Mejoró la economía
La mejora en el crecimiento de la economía estadounidense (3% en tercer trimestre de 2017) es, quizás, uno de los pocos puntos a favor de la administración de Trump. Su gestión favoreció abiertamente a las empresas de EEUU a través de mejoras impositivas y restricciones a las importaciones. 

El crecimiento del 3% en el tercer trimestre superó los pronósticos de los analistas, que habían estimado una expansión de alrededor del 2,6%. Se trata de la primera vez que EEUU registra dos tasas anualizadas de crecimiento superior al 3% desde 2014. 

El dato vino impulsado por el auge en el gasto de los consumidores, que en EEUU supone dos tercios de la actividad económica, y creció un 2,4%, así como la inversión empresarial, que lo hizo un 3,9%.

Los analistas destacan la buena salud de la economía estadounidense ya que mantuvo el ritmo de crecimiento pese al devastador paso de los huracanes Harvey, que paralizó en el sur de Texas buena parte de la capacidad de refinado de petróleo del país, e Irma, que afectó principalmente a Florida. 

Trump llegó a la Casa Blanca con la promesa de lograr un crecimiento anual superior al 3% aupado por un ambicioso plan que supondría la mayor reforma fiscal del país en décadas y recortaría los impuestos a las empresas y a muchos estadounidenses, y que se prevé sea discutido en el Congreso a partir de noviembre.

Política exterior en la mira

Donald Trump llegó al poder con la promesa de “Estados Unidos primero”. Un año y varias decisiones espectaculares después, el mandatario confirmó su disposición a darle la espalda al multilateralismo en la escena internacional.  

Su imagen en el mundo es peor que la de sus predecesores, Barack Obama y George W. Bush.  

Solo el 30% de los encuestados en 134 países aprueba al multimillonario republicano. Y sus más duros críticos están en Europa occidental, Canadá o México, tradicionalmente próximos a EEUU.  

Liderazgo en riesgo
Para James Lindsay, del Council on Foreign Relations, algunos de los aliados más cercanos “temen el fin de la época en que EEUU ejerció el liderazgo mundial”. “Si ese es el caso, las consecuencias pueden ser terribles”, escribió.  

“Tenemos un problema con los europeos, pero el resto del mundo no está molesto”, relativizó Jim Jeffrey, investigador del Instituto Washington y ex diplomático durante gobiernos republicanos. “Trump no ha hecho mucho daño al orden internacional hasta el momento”, dijo a AFP, elogiando su estrategia para Corea del Norte, Irán y Siria.

El mantra del muro  

La promesa más famosa y más ridiculizada de la campaña de Trump en 2016 fue la construcción de un “hermoso gran muro” en la frontera sur entre EEUU y México.  

Pero más allá de la controversia sobre su financiación, el asunto desnuda un problema mayor: Trump está convencido de que el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), perjudica a los estadounidenses. 

Funcionarios mexicanos, canadienses y estadounidenses negocian desde hace meses, tratando de evitar una posible salida de Estados Unidos.

Por otro lado, EEUU quedó anoche al borde del cierre del Gobierno federal ante el fracaso de una tentativa en el Senado de aprobar una extensión del presupuesto federal por cuatro semanas, en una pesada derrota política para el presidente Trump.

Las negociaciones de última hora no lograron efecto y el intento del Partido Republicano en el Senado se hundió. Así, el Gobierno debería cerrar sus puertas en el primer minuto de hoy, en el aniversario de su posesión.

Miles de migrantes, en el Limbo

Donald Trump completa su primer año al frente del gobierno de Estados Unidos con centenas de miles de ciudadanos extranjeros, en su mayoría de origen latinoamericano, en un limbo jurídico como resultado de decisiones de la Casa Blanca.

Trump había prometido en su campaña “mano dura” con los inmigrantes ilegales, pero los que ahora están sumergidos en la incertidumbre gozaban hasta hace poco de una situación legalizada.

El primer capítulo ocurrió en septiembre de 2017, cuando el Gobierno anunció la decisión de no renovar el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), adoptado en 2012 por el entonces presidente Barack Obama.

Con ese plumazo, el Gobierno de Donald Trump empujó a la ilegalidad a un contingente estimado oficialmente en unos 690.000 inmigrantes que hasta ese momento habían regularizado su situación, aunque otras estimaciones elevan ese número a casi 800.000 personas.


El Gobierno de Evo Morales espera señales de Washington en 2018 para mejorar las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos

El Gobierno del presidente Evo Morales espera “señales” de la administración de Donald Trump para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Bolivia. Así lo confirmó el viceministro de Autonomías, Hugo Siles Núñez del Prado. 

El experto internacional remarcó que la gestión de Trump se ha caracterizado por haber puesto en marcha una política belicista que busca imponer las políticas estadounidenses en el orden internacional.

Con Bolivia, “Trump no ha tenido una referencia, pero sí el Departamento de Estado hizo uso de su tradicional posición sobre el narcotráfico y otro tipo de injerencias”.

Según Siles, “el país ha expresado su voluntad y disposición para profundizar las relaciones con todos los países del mundo y con Estados
Unidos hay un acuerdo marco para unas relaciones más normalizadas”. 
“Venimos de una política de cierta injerencia del exencargado de negocios, Peter Brennan, quien tuvo acercamientos con sectores opositores”, indicó. 

“La posibilidad de que mejore la relación con Estados Unidos está sobre la mesa. Pero tienen que haber señales. Por eso, esperamos señales de EEUU para mejorar las relaciones. 2018 será un año preelectoral, por lo que esperamos que no se repitan las acciones injerencistas de Brennan”, afirmó.