El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que la medida apunta a fortalecer la paz en Oriente Medio. Repudio mundial por una decisión que puede recrudecer la guerra entre israelíes y palestinos

El Deber logo
6 de diciembre de 2017, 14:16 PM
6 de diciembre de 2017, 14:16 PM

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy el traslado de la embajada de su país, de Tel Aviv a Jerusalén, reconociendo a esa ciudad como capital del Estado de Israel, y pese al repudio internacional y las amenazas de organizaciones palestinas de que se iniciará una nueva Intifada.

"He determinado que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel", dijo Trump en un discurso desde la sala de recepciones diplomáticas de la Casa Blanca.

Trump aseguró hoy que su decisión de reconocer Jerusalén como capital de Israel no debe interpretarse como una falta de compromiso con el proceso de paz entre israelíes y palestinos, y prometió que hará "todo" lo posible para ayudar a las partes a lograrlo.

 

 

"Estados Unidos apoyará una solución de dos Estados si eso es lo que acuerdan las dos partes", dijo Trump en un discurso desde la sala de recepciones diplomáticas de la Casa Blanca.

 

Trump afirmó que la decisión sobre el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel "debería haberse tomado hace tiempo" e insinuó que sus predecesores evitaron adoptarla por cobardía.

Muchos presidentes dijeron que querían hacer algo y luego no lo hicieron, quizá por falta de valentía o porque cambiaron de opinión", dijo Trump a los periodistas durante una reunión con su gabinete.

Estados Unidos se convirtió así en el único país del mundo que reconoce como capital de Israel a Jerusalén, donde ninguna nación tiene su embajada debido a que, tras la anexión israelí de la parte oriental de la urbe en 1980, la ONU llamó a la comunidad internacional a retirar sus legaciones de la Ciudad Santa.

 

Los palestinos reclaman la parte oriental de la urbe (Jerusalén Este) como capital de su futuro Estado independiente, y han dado mucha importancia al futuro de la ciudad en las negociaciones de paz de las últimas décadas.

El anuncio ha generado críticas de importantes aliados árabes de EE.UU. en la región, como Turquía, Jordania y Arabia Saudí, y las fuerzas de seguridad israelíes han debido prepararse para un posible incremento de la violencia en el país, donde las facciones palestinas han declarado "Tres Días de Ira y Rabia Popular".

Trump ordenó al Departamento de Estado que "comience un proceso" para trasladar a Jerusalén la embajada estadounidense en Israel, pero ese procedimiento llevará "al menos 3 o 4 años" porque todavía hay que construir una sede diplomática, según adelantó este martes un alto funcionario estadounidense.

"Hay alrededor de 1.000 personas trabajando en la embajada en Tel Aviv, y no tenemos una instalación que pueda acogerlos en Jerusalén.

Llevará tiempo encontrar un lugar, asegurarnos de que es seguro, diseñar una nueva embajada y construirla", agregó la fuente, que pidió el anonimato.

Rusia, China, Siria, Turquía y el papa Francisco expresaron hoy su preocupación por la decisión estadounidense y las consecuencias que pueda tener en la estabilidad en la región, sumándose a otras voces manifestadas ayer, como las de Francia, Italia, la ONU y el Movimiento de Países No Alineados.

Bandera de los aliados

La Alcaldía de Jerusalén proyectó hoy una bandera israelí y otra estadounidense en las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, una hora antes del discurso en el que se espera que Donald Trump reconozca la Ciudad Santa como capital de Israel.

"El esperado anuncio del presidente Trump de reconocer Jerusalén como capital de Israel es una histórica declaración que envía un claro mensaje al mundo entero de que EEUU está con el pueblo judío, el Estado de Israel y Jerusalén", dijo el alcalde, Nir Barkat.

"Como un gesto y una expresión de la valiente relación entre el pueblo estadounidense y el pueblo de Israel, decidimos proyectar banderas estadounidenses e israelíes sobre los muros de la Ciudad Vieja de Jerusalén, el último símbolo de la fuerza de la conexión del pueblo judío con Jerusalén desde hace 3.000 años", añadió.

La vieja ciudadela amurallada se encuentra en Jerusalén Este, que la comunidad internacional considera territorio palestino ocupado y a la que ningún país hasta ahora reconoce la soberanía israelí.

Barkat, al frente de la Alcaldía desde 2008 y que se unió más tarde al partido del primer ministro israelí, Bejamín Netanyahu, el Likud, visitó esta semana Washington, donde participó en reuniones con altos funcionarios de la Administración Trump y líderes judíos para agradecer la iniciativa del presidente estadounidense.

La mayoría de los 370.000 palestinos que viven en Jerusalén Este (de los 865.000 habitantes que tiene la ciudad), la parte ocupada y anexionada por Israel, boicotean los comicios locales al no reconocer la jurisdicción israelí sobre la parte oriental, que reivindican como capital de su futuro Estado.

La comunidad internacional
no reconoce tampoco esta soberanía,
por lo que los países retiraron sus embajadas de Jerusalén y no la reconocen como capital de ningún Estado.