Crooks fue una de las presuntas víctimas de Trump que pidieron el pasado diciembre al Congreso que abra una investigación sobre la conducta del presidente

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21 de febrero de 2018, 9:52 AM
21 de febrero de 2018, 9:52 AM

La acusación no es nueva, tampoco la negación del presidente de Estados Unidos. Pero un furioso Donald Trump criticó este martes con dureza a una de las 19 mujeres que le acusan de acoso sexual en el pasado. El motivo es que el diario The Washington Post publicó en su portada impresa una extensa entrevista con Rachel Crooks, quien asegura que en 2006 el republicano la besó y tocó sin su consentimiento. Crooks lleva meses contando su historia pese a recibir un sinfín de amenazas y comentarios degradantes. Si Trump quería que la acusación no creciera, ha conseguido presumiblemente lo contrario con su desaire público.

“Una mujer que no conozco y que, por lo que recuerdo, nunca conocí en persona está en la portada del noticias falsas ‘Washington Post’ diciendo que yo la besé (durante dos minutos) en el vestíbulo de la Torre Trump hace 12 años. ¡Nunca ocurrió!”, escribió Trump en Twitter. El mandatario la calificó de “otra acusación falsa” y se preguntó “quién haría eso en un lugar público con cámaras de seguridad en directo en funcionamiento”, lo que puede interpretarse como que él no ve problema alguno en besar a alguien sin su consentimiento siempre que sea en un ámbito privado

Tras años de silencio y un mar de dudas, Crooks, de 35 años, decidió contar su acusación al diario The New York Times poco antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2016. Asegura que el 11 de enero de 2006, cuando ella trabajaba como secretaria en una firma de inversiones en la Torre Trump, decidió saludar a Trump, que acudía con frecuencia a las oficinas de la firma y que trabajaba y vivía en el edificio.

Ella tenía 22 años y él 59. Crooks sostiene que el encuentro tuvo lugar delante de un ascensor. Tras saludarlo, según la acusación, Trump empezó a tocar el cuerpo de ella, a besarla en las mejillas y después, sin soltarle la mano, la besó en los labios. “Todo ello duró probablemente dos minutos, quizá menos”, explicó al Post. Más adelante, asegura la mujer, Trump acudió a su oficina y le pidió su teléfono con el pretexto de que iba a dárselo a una agencia de modelos.

Crooks esgrime que el presunto acoso la dejó conmocionada. Pensó que en realidad quizá era todo culpa suya, que había sido ingenua o cobarde porque no se había quejado ante nadie por lo sucedido y porque, pese a que no quería, no se atrevió a decirle a Trump, delante de otros empleados, que no quería darle su número de teléfono.

Pero a finales de 2016, en plena recta final de la campaña electoral, Crooks se armó en valor y decidió dar el paso. Primero en la entrevista al Times y más adelante se sintió reforzada al comprobar que surgían hasta 18 acusaciones similares de mujeres que aseguran que Trump las besó y tocó sin su consentimiento. El republicano niega todas las acusaciones, en algunos casos utilizando el argumento de que las mujeres no son lo suficientemente atractivas para que él pudiera haber sentido atracción por ellas.

Sin embargo, a tres semanas de las elecciones, se difundió un vídeo de finales de 2005 en que Trump afirma: “Me siento atraído automáticamente por mujeres guapas. Simplemente empiezo a besarlas. Es como un imán. Un simple beso. Ni espero. Y cuando eres una estrella, te dejan hacerlo. Puedes hacer cualquier cosa”. Tras divulgarse el vídeo, el entonces candidato republicano alegó que era “lenguaje de vestuario”.

Crooks fue una de las presuntas víctimas de Trump que pidieron el pasado diciembre al Congreso que abra una investigación sobre la conducta del presidente, lo que parece improbable dado que los republicanos son mayoría en ambas cámaras.

En su tuit de este martes, el mandatario acusa al Post de ser tendencioso y de no cubrir una información del pasado diciembre del diario The Hill sobre Lisa Bloom, una conocida abogada que representa a algunas de las denunciantes. El rotativo aseguró que Bloom trató de cobrar ella y las mujeres a cambio de explicar públicamente a medios de comunicación sus acusaciones sobre Trump. The Hilltambién informó de que gestionó el pago de la hipoteca de una de las mujeres por parte de un donante electoral anti-Trump. Sin embargo, la abogada minimizó esa información, alegó que era un intento de cuestionar a las denunciantes aunque admitió haber recibido ofertas de donantes progresistas para garantizar la seguridad de las mujeres que acusan al republicano de abusos.