Turquía advirtió que Jerusalén es una línea roja y anunció que puede romper relaciones con Israel. Trump habló con palestinos y jordanos. La Unión Europea lo critica. Palestinos alistan una respuesta militar

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6 de diciembre de 2017, 4:00 AM
6 de diciembre de 2017, 4:00 AM

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó ayer que aún planea trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén, a pesar de las advertencias de líderes mundiales sobre los riesgos de provocar una convulsión en Oriente Medio y hacer colapsar los esfuerzos de paz entre israelíes y palestinos.

Se espera que Trump firme un decreto posponiendo el traslado esta semana, pero diplomáticos y observadores dijeron que podría dar un discurso hoy para anunciar su apoyo a la reivindicación de Israel de que Jerusalén es su capital.

Las facciones palestinas en la Franja de Gaza, incluidos el movimiento islamista Hamás y el nacionalista Al Fatah, llamaron ayer a un “día de la ira” para hoy ante la posibilidad de que el presidente estadounidense, Donald Trump, declare Jerusalén como capital de Israel.
El movimiento islamista palestino Hamás, que controla la Franja de Gaza, amenazó con “reavivar la intifada” si Estados Unidos reconoce Jerusalén como capital de Israel o decide trasladar ahí su embajada. 

“No permitiremos este complot, les advertimos contra cualquier decisión en ese sentido y llamamos a nuestro pueblo a reavivar la intifada -rebelión de los palestinos contra Israel- si se toman decisiones injustas respecto a Israel”, aseguró Hamas en un comunicado. 

Una línea roja
En medio de una ronda de diplomacia telefónica, Trump dijo al líder palestino Mahmud Abas y al rey jordano Abdalá II que el proyecto profundamente controversial, que conlleva el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel, seguía en marcha, aunque crucialmente no fijó una fecha.

El estatuto de Jerusalén es un asunto clave en el conflicto palestino-israelí, y ambas partes reivindican la ciudad como su capital.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtió a Trump que el estatuto de Jerusalén es una “línea roja para los musulmanes” y amenazó con cortar los lazos diplomáticos de Turquía con Israel.

El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, expresó que los miembros de ese grupo han decidido reunirse en El Cairo ante el “peligro de esta cuestión, si esto debiera ocurrir, y a las posibles consecuencias negativas no solo para la situación en Palestina sino también en la región árabe e islámica”.

Funcionarios estadounidenses dijeron que Trump no planea trasladar por ahora la embajada a Jerusalén, una gran promesa de campaña que su gobierno ya pospuso una vez en junio.

“El presidente ha sido claro: no es una cuestión de 'sí', sino una cuestión de 'cuándo'. Pero no será adoptada ninguna decisión hoy (ayer)”, dijo un portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley.

 Trump llamó por teléfono al rey Abdalá II de Jordania ayer por la tarde y le informó de “su intención de seguir adelante con el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén”, informó el palacio real jordano.

Donald Trump ha dicho que quiere relanzar las congeladas conversaciones de paz entre Israel y los palestinos en busca de un “acuerdo definitivo”, pero su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel podría destruir tal esfuerzo, advirtió un funcionario palestino.

 “Ya no aceptaremos la mediación de Estados Unidos, no aceptaremos la mediación de Trump”, dijo Nabil Chaath, un alto consejero del presidente palestino, Mahmud Abas.

La presidencia palestina dijo que Trump informó a Abas sobre “su intención de transferir la embajada de Estados Unidos” en Israel, durante una conversación telefónica entre ambos dirigentes.
Israel ve “oportunidad”  

En medio de desacuerdos internos en la Casa Blanca, varios funcionarios estadounidenses no han podido precisar qué decidirá finalmente Trump.

Sin embargo, el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, instó a Trump a aprovechar esta “oportunidad histórica”.
Todas las embajadas extranjeras en Israel están localizadas en Tel Aviv, con representaciones consulares en Jerusalén.

¿Por qué Jerusalén es tan importante para judíos y palestinos?
Jerusalén se sitúa en el centro del conflicto israelo-palestino y su estatus es una de las cuestiones más difíciles de resolver.
El plan de división de Palestina de 1947, entonces bajo mando británico, preveía su partición en tres entidades: un Estado judío, un Estado árabe y Jerusalén como un “corpus separatum” bajo régimen internacional especial.
Este plan fue aceptado por los dirigentes sionistas, pero rechazado por los líderes árabes.
Los judíos consideran Jerusalén como su capital histórica desde hace más de 3.000 años por razones religiosas y políticas. El judaísmo siempre habló de una vuelta a Jerusalén. 
Los palestinos, que representan cerca de un tercio de la población de la ciudad, reivindican Jerusalén como la capital del Estado al que aspiran.
Más allá del conflicto político y militar, la cuestión tiene una dimensión religiosa esencial: la ciudad alberga los más altos lugares santos del cristianismo y del judaísmo, y es el tercer lugar santo del islam.