La declaración apunta a un policía armado que el día de la masacre se apostó supuestamente en el exterior de la escuela en Parkland.

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27 de febrero de 2018, 6:31 AM
27 de febrero de 2018, 6:31 AM

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este lunes que él habría tenido el coraje de entrar incluso sin armas en la escuela de Florida para impedir la masacre que causó 17 muertos y que impulsó a los estudiantes a pronunciarse para limitar el acceso a las armas de fuego.

 "Pienso que yo habría corrido e ingresado [a la escuela] aun sin tener un arma, y creo que la mayoría de ustedes habría hecho lo mismo", dijo el mandatario durante una reunión con los gobernadores de los 50 estados federales en la Casa Blanca.

 La declaración de Trump apunta a un policía armado que el día de la masacre se apostó supuestamente en el exterior de la escuela en Parkland, sin ingresar ni tratar de detener al joven Nikolas Cruz que dejó 17 muertos, en su mayoría adolescentes.

 "El desempeño ha sido francamente una vergüenza", dijo el presidente.

 Los agentes que podían haber tratado de interceptar el ataque a la escuela "no son exactamente personas a ser condecoradas por la medalla de honra. Ha sido una cosa asquerosa", añadió.

 El oficial señalado, Scot Peterson, se defendió a través de su abogado, asegurando que no entró porque pensaba que el tiroteó se produjo fuera de la escuela. 

"Las acusaciones de que Peterson era un cobarde y que su actuación, en estas circunstancias, no estuvieron a la altura de los oficiales de policía son evidentemente falsas", dijo el abogado del expolicía, Joseph DiRuzzo, en un comunicado.

 El responsable por el estado de Washington (noroeste), el demócrata Jay Inslee, sugirió a Trump que podría ser beneficioso "un poco menos de Twitter y escuchar más", especialmente las objeciones a la idea del presidente de entrenar y armar a algunos maestros.

 La semana pasada, Trump se pronunció a favor de medidas como mejorar los controles de antecedentes, aumentar la edad legal para comprar armas y prohibir los "bump stocks", unos dispositivos que transforman fusiles semiautomáticos en metralletas. 

"Acabaremos con los 'bump stocks'. Los acabaré yo mismo y no me importa si el Congreso lo hace o no", insistió Trump ante los gobernadores.

 Estas declaraciones marcan una divergencia notable con las propuestas de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso lobby de las armas que pagó 30 millones de dólares a la campaña presidencial del magnate.

Pero el presidente se apresuró a afirmar sus vínculos con la NRA explicando que el fin de semana pasado se había reunido con su dirigente, Wayne LaPierre.

 "No hay mayor fan de la segunda enmienda (que garantiza a los estadounidenses el derecho a poseer armas) y de la NRA que yo. Son geniales", afirmó. 

Tras la matanza de Florida, de ambos lados del escenario político estadounidense, así como en la sociedad civil, se han alzado voces que piden una reglamentación más estricta de las ventas de armas. Una gran manifestación ha sido convocada para el 24 de marzo en Washington con el objetivo de pedir un control más estricto y meter presión a los responsables políticos estadounidenses. 

Según una encuesta reciente de la CNN, el 70% de los estadounidenses está a favor de un endurecimiento de la legislación.