Un salvadoreño y su hija mueren al tratar de cruzar el Río Bravo. Una mujer haitiana grita desesperada por ayuda. Una mujer nicaragüense y su hija lloran en la frontera con EEUU

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7 de julio de 2019, 3:00 AM
7 de julio de 2019, 3:00 AM

Una bebé salvadoreña que muere ahogada junto a su padre tratando de alcanzar el sueño americano por el río Bravo, una haitiana encerrada en un polvoriento centro migratorio que se desgañita suplicando ayuda, una nicaragüense y su hija en llanto violentamente detenidas en la frontera México-Estados Unidos.

Estas tres imágenes, capturadas por fotógrafos y videastas en menos de una semana en México -paso obligado para los cientos de miles de migrantes que salen del resto de América Latina e incluso horizontes transatlánticos con la esperanza de llegar a Estados Unidos- retratan el cada vez más crudo rostro del fenómeno migratorio en la región.

Son “indignantes”, dice Javier Urbano, profesor investigador en estudios internacionales de la Universidad Iberoamericana, para quien México “es un laboratorio de ensayo” del presidente estadounidense, Donald Trump.

El jefe de la Casa Blanca llegó al poder calificando a los migrantes de “criminales” y asegurando que México pagaría por un nuevo muro fronterizo. Ahora amenaza con imponer aranceles a las vitales exportaciones de su vecino del sur si no frena el flujo migratorio, principalmente de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños que huyen de la pobreza y violencia de sus países.

Bajo presión de Washington, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que llegó a la presidencia mexicana en diciembre prometiendo defender los derechos de los migrantes, ha desplegado más de 21.000 soldados y policías en sus fronteras.

Para Dolores París, investigadora del Colegio de la Frontera Norte, “hay una emergencia humanitaria y en vez de atenderla se está gastando una enorme cantidad de dinero en militarizar el país (...) Están deportando a toda velocidad, sin el debido proceso”. Indignación La fotografía de los cuerpos sin vida del salvadoreño Óscar Martínez y su hija de casi dos años, Valeria, ahogados tratando de cruzar clandestinamente el río Bravo, se hizo viral y cundió la indignación.

“Es lo más fuerte que me ha tocado cubrir en los últimos años”, comenta el fotógrafo Abraham Pineda, director del sitio informativo EnlaceMx Noticias y quien inmortalizó la tragedia en el afluente que divide la mexicana Matamoros (Tamaulipas) de la estadounidense Brownsville (Texas).

“Ver directamente a Valeria y Óscar a la orilla del río, ella con el brazo sobre el cuello de su papá como abrazándolo, me dejó sin palabras”, agrega. Trump dijo “odiar” la foto, argumentando que “el padre probablemente era un tipo fantástico” y culpando a los demócratas del Congreso por una falta de “leyes correctas”. Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, recalca que estas declaraciones provengan de alguien “a quien le encanta demonizar a los migrantes como si fueran todos asesinos o narcotraficantes”.

“Una foto como esta puede llegarle incluso a alguien como Trump. Lo pone a la defensiva”, dice el activista.

López Obrador dijo tener la “conciencia tranquila”, pues considera “necesario mantener buenas relaciones” con EEUU. Para Urbano, es una “torpeza monumental pensar que al poner militares la migración parará”, pues los centroamericanos buscarán caminos alternos, pero más peligrosos.

Desde octubre del año pasado, los migrantes dejaron las puntillas y el anonimato para empezar a cruzar la frontera de México en olas de multitudinarias caravanas, con el objetivo de protegerse de los peligros naturales de la selva y el desierto, así como de las extorsiones y secuestros del crimen organizado.

Fabiola, la mujer haitiana que llora en demanda de ayuda en Chiapas, en el sur de México
Óscar Martínez y su hija de casi dos años fueron hallados en el Río Bravo, en la frontera con EEUU