El caso Gürtel, que involucró al PP en graves hechos de corrupción, dilapidó el poder de Mariano Rajoy. La crisis económica y las tensiones regionales desafían a Pedro Sánchez

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2 de junio de 2018, 4:00 AM
2 de junio de 2018, 4:00 AM

El socialista Pedro Sánchez fue elegido ayer nuevo presidente del Gobierno de España, tras obtener el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso, luego de una histórica moción de censura con la que forzó la salida del poder del conservador Mariano Rajoy por el sonado caso Gürtel de corrupción, que involucró al Partido Popular (PP). 

Sin embargo, para su gestión, Sánchez no contará con mayoría propia en el Parlamento y enfrentará importantes desafíos económicos y políticos.

El nuevo presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, tiene ante sí un horizonte complicado, con la economía y con el contencioso soberanista catalán como retos inmediatos y el problema de tener un reducido grupo parlamentario, lo que le exigirá continuos apoyos externos.

Sánchez, líder de los socialistas españoles, fue investido jefe del Ejecutivo gracias a una moción de censura victoriosa contra el conservador Mariano Rajoy, que contó con el respaldo de 180 de los 350 escaños del Congreso.

Los socialistas tienen 84 diputados y Sánchez ha logrado sumar otros 96 procedentes de otros siete grupos, algo que sus críticos le echan en cara por la dificultad de combinar los intereses de todos ellos.

“Hoy gana la democracia”, proclamó Sánchez justo después de la votación para dejar en claro que son las mayorías parlamentarias las que ponen y quitan gobiernos.

La primera moción de censura triunfadora en la historia democrática española ha tenido mucho de “no” a Rajoy, azotado por los escándalos de corrupción y en especial por la sentencia de la Audiencia Nacional del 24 de mayo, que condenaba al PP por lucrarse económicamente de una trama empresarial corrupta.

Pero también por la crisis en Cataluña, donde los secesionistas que han impulsado un proceso ilegal de independencia le han pasado la factura porque aplicó la Constitución para destituir al Gabinete regional y asumir temporalmente sus competencias para volver a la legalidad.

Sánchez ha tenido la visión de aprovechar el momento y presentar una moción de censura que al principio parecía destinada al fracaso y que al final se ha impuesto.

Para ello ha apostado por el diálogo para superar las diferencias, pero sin asumir compromisos porque ya dijo antes del debate que no iba a negociar apoyos.

Frente a quienes le plantean la conveniencia de convocar elecciones para que los españoles se pronuncien, Sánchez ha eludido poner fecha a las urnas y ha hecho hincapié en que primero es necesario recuperar la dignidad y la estabilidad de las instituciones.

Su prioridad será -dice- favorecer la cohesión social y territorial de España, que considera dañada por los casi seis años y medio de Gobierno de Rajoy.

Ello sin romper el principio de estabilidad presupuestaria y cumpliendo con “los deberes europeos”.

Sánchez y su futuro Gabinete tendrán que asumir los presupuestos del Estado que fueron aprobados hace nueve días por el Congreso con el voto contrario de los socialistas.

Esa paradoja se debe a que el nuevo presidente admitió durante el debate las cuentas del Estado en vigor para asegurarse el apoyo de los cinco diputados del PNV (nacionalistas vascos moderados), fundamentales para ser investido.

Aparte de la concesión a los vascos, aceptar los Presupuestos es una señal de que pretende mantener la estabilidad económica en el país y garantizar la gobernabilidad. “Este no es nuestro presupuesto, pero no lo vamos a retirar por responsabilidad de Estado y nos vamos a centrar en el futuro”, ha dicho durante el debate, en el que, asimismo, se comprometió a impulsar medidas para hacer un pacto de rentas y la igualdad salarial.

Ahora queda la incógnita de qué tipo de Gobierno formará Sánchez, aunque en el Congreso ha dicho que será “socialista, paritario y europeísta”, y si integrará a independientes que supongan un guiño a los variopintos apoyos que ha tenido para ser el séptimo presidente del Gobierno en la actual etapa democrática española.

Por delante quedan dos años de legislatura, hasta junio de 2020, aunque una de las prerrogativas del jefe del Ejecutivo es anticiparlas. 

Gobierno de Evo espera mayor afinidad

El Gobierno del presidente Evo Morales espera profundizar las relaciones diplomáticas y políticas con el Ejecutivo español, ahora a la cabeza de Pedro Sánchez, del PSOE. 

La senadora del MAS, Adriana Salvatierra, destacó el cambio institucional ocurrido en el país ibérico y remarcó que fue Podemos el que impulsó la moción de censura por el sonado caso de corrupción Gürtel que terminó con la gestión del conservador Mariano Rajoy.

“La moción de censura contra Rajoy fue procedente. Ahora llegan los socialistas que tienen una línea más de centro y esperamos que no sea un
Gobierno de continuidad de las políticas que impulsó el PP”, indicó Salvatierra.

Salvatierra señaló, además, que el PSOE tuvo una posición más favorable hacia la migración, lo que marcó una diferencia respecto de Partido Popular (PP), lo cual puede favorecer a los migrantes latinoamericanos que residen en España.

Un socialista persistente que promete grandes reformas   

Derrotado en las últimas dos elecciones y luego expulsado del liderazgo de su partido antes de regresar por la puerta grande, el socialista Pedro Sánchez salió airoso de una última y arriesgada apuesta que lo catapultó al poder en España.

Encabezando una ola de indignación por la condena judicial del Partido Popular de Mariano Rajoy, en un caso de corrupción, este exprofesor de economía de 46 años vio recompensada su obstinación consiguiendo los apoyos para aprobar este viernes una moción de censura que sacó al líder conservador de la presidencia del Gobierno.

 El líder socialista cuenta con adoptar medidas sociales rápidamente para “impulsar la popularidad del PSOE”, indica Antonio Barroso, analista del gabinete Teneo Intelligence, para llegar fortalecido a unas elecciones anticipadas en las que los sondeos dan como ganador a Ciudadanos.
 Nacido el 29 de febrero de 1972 en Madrid, creció en una familia acomodada, de padre empresario y madre funcionaria. Al tiempo que le dedicaba muchas horas al baloncesto (mide 1,90 m), estudió Económicas, primero en su ciudad y luego en Bruselas.

Amante de la política desde joven, según sus compañeros de clase, fue concejal municipal en Madrid de 2004 a 2009, cuando se convirtió en diputado y su carrera despegó.