Su trayectoria es similar a la de figuras exitosas como el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Conoce aquí su perfil

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17 de junio de 2018, 18:10 PM
17 de junio de 2018, 18:10 PM

El camino de Iván Duque Márquez, que este domingo se convirtió en Presidente de Colombia, está unido al del uribisimo, un movimiento del que se ha convertido en la cara amable y que le ha devuelto al poder. 

Duque, de 41 años, era el más joven de la baraja de candidatos y ha tenido éxito al presentarse como abanderado de un sector de la sociedad insatisfecho con el acuerdo de paz firmado con las FARC y que teme que el país se convierta en una segunda Venezuela.

Su discurso es una versión moderada del usado por el expresidente Álvaro Uribe, líder natural y alma del partido Centro Democrático en el que Duque ha hecho su corta carrera política, primero como senador en el periodo 2014-2018 y ahora como candidato presidencial.

Hace un año, cuando la campaña apenas empezaba, muchos colombianos afirmaban que votarían "por el que diga Uribe" y ese resultó ser Duque, que se impuso por amplio margen en una consulta interna y el pasado 11 de marzo en una entre partidos de la derecha para obtener así la nominación presidencial.

"Quiero gobernar Colombia sin espejo retrovisor, mirando hacia el futuro de nuestro país. Quiero un país de legalidad, de lucha frontal contra la corrupción, que siempre haya seguridad en todo el territorio", aseguró en mayo pasado, cuando ganó la primera vuelta. 

Duque nació en Bogotá en agosto de 1976 y creció en una familia liberal y política en la que su padre, Iván Duque Escobar, fue gobernador del departamento de Antioquia (noroeste), ministro de Minas y Energía en la presidencia de Belisario Betancur (1982-1986) y registrador nacional.

El ahora presidente electo se graduó como abogado en la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá, tiene un máster en Derecho Económico de la American University y otro más en Gerencia de Política Pública de la Universidad de Georgetown (EE.UU.).

La carrera profesional la desarrolló principalmente en EE.UU., donde durante más de una década trabajó como consultor del banco de desarrollo de América Latina CAF y consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), periodo en el que conoció a muchos de quienes lo asesoraron en su campaña presidencial.

Sus rivales le echaron en cara su falta de experiencia, ya que su único cargo público es el de senador del Centro Democrático, a lo que responde que su trayectoria es similar a la de figuras exitosas como el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, o el presidente francés, Emmanuel Macron.

En el Senado se destacó como uno de los más brillantes y aplicados de la anterior legislatura, y como columnista de prensa por promover la economía naranja, la innovación y el emprendimiento.

En sus mítines, en los que predominaban los colores azul, del Centro Democrático, y naranja, de su candidatura, Duque solía presentarse con sombrero y haciendo gala de un carisma y formas educadas que han cautivado a millones de seguidores, muchos de ellas mujeres comprometidas con su campaña y que se hacen llamar "duquesas".

A diferencia de Uribe, su mentor, Duque no es visceral, lo que la ha granjeado el apoyo de electores que no son del Centro Democrático y ha llevado al partido a dar un gran salto con respecto al 2014, cuando el entonces candidato Óscar Iván Zuluaga consiguió casi 3,8 millones de votos en primera vuelta.

Duque es hincha del club de fútbol América de Cali y le gusta cantar vallenatos, lo que ha hecho con grandes nombres de esta música, como Silvestre Dangond, Poncho Zuleta y Jorge Celedón.

Está casado con María Juliana Ruiz, abogada que trabajó más de diez años en la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, con quien tiene tres hijos pequeños: Luciana, Matías y Eloísa.

Sus críticos aseguran que como presidente, Duque será un títere de Uribe, a lo que él responde: "Yo voy a ser el presidente y voy a tomar las decisiones".