El cerio, escandio, lantano y samario son algunos de los elementos que forman parte de las llamadas "tierras raras", que tienen una importancia estratégica para la tecnología y el armamento de EEUU

El Deber logo
22 de mayo de 2019, 8:00 AM
22 de mayo de 2019, 8:00 AM

El presidente chino Xi Jinping visitó el 21 de mayo una instalación de las llamadas 'tierras y minerales raros', alimentando las especulaciones desde Pekín sobre una posible utilización de estos materiales estratégicos para replicar a EEUU, tras la ofensiva contra la firma Huawei.

Según el diario El País de España, se conoce como tierras raras a 17 elementos de la tabla periódica, como el cerio, escandio, samario o el lantano, que abundan en la corteza terrestre, aunque su dispersión impide que sea frecuente encontrar concentraciones que merezca la pena explotar.

Estos elementos son trascendentales para la tecnología. Están presentes en discos duros, motores eléctricos, tanto en coches como en juguetes o drones, son los responsables de una mayor nitidez de las pantallas LCD o LED y están en las redes de fibra óptica, ayudando para que los datos se transmitan con menos ruido y mayor calidad.

Estados Unidos depende en un 80% de las exportaciones de tierras y minerales raros procedentes de China. De manera que la producción de productos electrónicos, incluidos los teléfonos móviles o parte del armamento del país norteamericano, dependen del gigante asiático.

Yang Kunhe, un analista de Pacific Securities Co, citado por el rotativo español El Mundo, sostuvo que Xi Jinping visitó la zona de las 'tierras raras' de China acompañado de su viceprimer ministro Liu He, que también es el jefe del equipo que negocia con Washington un acuerdo para poner fin a la guerra comercial en la que se han enfrascado ambos gigantes.

El guiño de Xi Jinping se produce después de varias jornadas en las que medios como Global Times no han cesado de citar a expertos y analistas que se han explayado en los supuestos efectos demoledores que tendría una prohibición de las exportaciones de tierras raras a EEUU, cuya importancia para Washington quedó de manifiesto cuando Trump las eximió del alza de aranceles que anunció hace días.

"A EEUU le llevaría muchos años reconstruir su industria de tierras raras y aumentar su suministro interno para reducir su dependencia de los minerales de China. La producción de tierra raras ayudará a Pekín a controlar la sangre vital del sector de alta tecnología de los EEUU", escribía hace días Global Times, portavoz del sector más conservador del Partido Comunista Chino (PCC).

Para Jin Canrong, experto en EEUU en la Universidad Renmin de China, la prohibición de la exportación de tierras raras a la nación americana es el "as" que se guarda Pekín en esta pugna, aunque ningún analista se atreve a prever las consecuencias desestabilizadoras para toda la economía mundial que tendría esa decisión.

"No quiere echar leña al fuego"

Las tierras raras son unos "metales estratégicos" debido a sus propiedades electromagnéticas, fundamentales para la industria tecnológica.

China dispone por lo tanto de una "arma estratégica", según el informe anual de las materias primas Cyclope, y no dudará en utilizarla.

En 2010, en represalia a una disputa territorial, las autoridades chinas ya interrumpieron las exportaciones de tierras raras a Japón.

Las empresas tecnológicas japonesas, muy dependientes de las exportaciones de la potencia vecina, se vieron muy afectadas.

Para preservar estos recursos, Pekín ya instauró en el pasado cuotas de exportaciones de tierras raras. Estados Unidos, la Unión Europea y Japón llevaron esta práctica ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) que les dio la razón. 

No obstante, siguen en vigor cuotas de producción establecidas con el argumento de proteger el medioambiente, ya que la fabricación de estos metales es muy contaminante.

"No podemos excluir que China aumente la presión sobre Estados Unidos alegando problemas medioambientales", considera Kokichiro Mio, especialista sobre China del instituto de investigación japonés NLI.

"Una amenaza" que se quedaría sólo en eso y no se concretaría, estimó este especialista, ya que Pekín "no quiere echar leña al fuego".

Exentas del aumento de tasas 

Un embargo de las tierras raras "afectaría a un determinado número de industrias estratégicas" en Estados Unidos, como la robótica, la informática, la aeronáutica o los láseres medicales, explica el analista David Lennox del gabinete Fat Prophets.

Aunque el impacto no sería "inmediato", tendría repercusiones ya que "no hay un verdadero sustituto de las tierras raras", explica a la AFP.

"China no quiere entrar directamente en conflicto con Estados Unidos", pero las tierras raras sirven para "meter presión psicológica", afirma el analista político Chen Daoyin, desde Shanghái.

El gigante asiático no solo es su principal productor, sino que en los últimos años invirtió en numerosas explotaciones de tierras raras fuera de China, por ejemplo, en el yacimiento de Kvanefjeld en Groenlandia, considerado el segundo del mundo, según el informe Cyclope.

Reflejo de la vulnerabilidad estadounidense, las tierras raras, así como los medicamentos, se verán exentas del aumento de aranceles que Washington impondrá a la casi totalidad de productos chinos.