La familia de los tripulantes del submarino ARA San Juan confían en su retorno

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22 de noviembre de 2017, 15:22 PM
22 de noviembre de 2017, 15:22 PM

Amigos de Jorge Bergallo, uno de los 44 tripulantes del submarino argentino ARA San Juan, desaparecido desde hace una semana, están convencidos de que todos los marineros que viajan en la nave "son excelentes profesionales" y que "van a volver en cualquier momento".

"Sabemos que van a venir, tenemos plena confianza, los estamos esperando. A seguir luchando, pensando, rezando, teniendo fe", cuenta Diego, amigo de Bergallo, quien junto al resto de la tripulación partió el 13 de noviembre del sureño puerto de Ushuaia y que el miércoles pasado, al desaparecer su rastro, se dirigía de regreso a su base, en Mar del Plata.

Es precisamente en la Base Naval de esa localidad bonaerense donde centenares de personas, entre amigos y familiares de los submarinistas, aguardan con la ayuda de diversos psicólogos y psiquiatras a que la intensa búsqueda que se realiza en aguas del Atlántico Sur desemboque en un final feliz, con el hallazgo del sumergible y de sus tripulantes sanos y salvos.

"Es un tipazo. Lo conocimos desde que nacimos. Nuestros padres son marinos, compañeros de promoción del papá de Jorge. Así son las cosas de la vida. Nos une el espíritu de saber que van a volver todos y hay que pensar en eso", relata Hernán, otro amigo, en declaraciones a Canal Diez Mar del Plata.

Bergallo, de 45 años, casado y con hijos y apasionado de la Marina desde que nació por ser la profesión de su padre, siempre quiso ser submarinista, una afición que compaginó con su participación en el Sporting Club de rugby de Mar del Plata, donde hizo multitud de amigos que todavía conserva y quienes este martes impulsaron una oración en honor de él y del resto de los 43 marineros.

"Estamos acompañándolos, rezando y esperando que vuelvan todos acá", se escuchó a las afueras de la Base Naval de Mar del Plata Gustavo Lafranconi, excompañero de Jorge.

Los familiares de Bergallo, según continuó, "están todos esperanzados, esperando verlo de nuevo".

"Estaba el hermano acá, que vino de Buenos Aires (a unos 420 kilómetros), tuvo un presentimiento y quería venir acá", añadió.

En la Base Naval de Mar del Plata se encuentra una decena de especialistas en psicología y psiquiatría tratando de contener a los seres queridos.

"El trabajo tiende a ser un fortalecimiento de lo que llamamos la grupalidad de los grupos familiares, pero con un intercambio muy importante con submarinistas que son compañeros de la gente que está en el San Juan", explica el psiquiatra Enrique Stein.

Ese vínculo entre todos, asegura, "reconstruye vínculos permanentemente" que tienen que ver "no solamente con el evento que está ocurriendo sino eventualmente con proyectos e historias".

"Algunas intervenciones son desde dar la mano o un abrazo hasta poder tomar un mate o escuchar historias muy difíciles a veces", agregó.

"Muchos de los familiares, que les reconozco una valentía enorme dentro de su dolor, tienen algunas historias muy complejas. La gente no deja su historia en la puerta de la base y entra sin ella. Pero al tenerlas es muy probable que la emotividad producto de este evento les dispare situaciones", concluye.

Además de cerca de una veintena de equipos marítimos y aéreos nacionales, colaboran en el operativo con medios materiales y humanos países como Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Uruguay, Francia y España.