La CIDH envió cartas a Nicaragua el 26 de abril y el 10 de mayo pasado en la que expresó su interés de realizar una visita de trabajo con el objeto de observar la situación de derechos humanos en ese país

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14 de mayo de 2018, 11:03 AM
14 de mayo de 2018, 11:03 AM

El Gobierno de Nicaragua autorizó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizar una visita de trabajo para observar la situación de los derechos humanos en el país, que se encuentra sumido en una crisis y que se ha cobrado hasta hoy la vida de más de 50 personas.

 El Gobierno autorizó este ingreso de la CIDH -una de las principales condiciones de la Iglesia para avalar una mesa de diálogo- a través de una carta remitida este domingo por el canciller nicaragüense, Denis Moncada, al secretario ejecutivo de esa comisión, Paulo Abrao, y divulgada hoy.

 "El Gobierno de la República de Nicaragua expresa su anuencia para que en el menor tiempo posible la comisión realice dicha visita de trabajo, con el objeto de observar in loco la situación de los Derechos Humanos en Nicaragua en el contexto de los sucesos del 18 de abril" pasado a la fecha, indicó el Ejecutivo nicaragüense en el escrito.

 El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, publicó hoy en Twitter la carta del Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua, en la que acepta la petición de la CIDH de hacer la visita al país para entrevistarse con miembros del Gobierno y la sociedad civil.

 En la misiva, Moncada, un general retirado, dijo que facilitarán y brindarán la asistencia necesaria a la CIDH durante su estadía en Nicaragua.

 La CIDH, un ente autónomo de la OEA, envió cartas a Nicaragua el 26 de abril y el 10 de mayo pasado en la que expresó su interés, en particular de la nueva relatora para Nicaragua, comisionada Antonia Urrejola, de realizar una visita de trabajo con el objeto de observar la situación de derechos humanos en el país.

 Asimismo, sostener entrevistas con las autoridades de alto nivel, así como reuniones con organizaciones de la sociedad civil y otros actores relevantes de la sociedad nicaragüense.

 El pasado viernes, el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), Leopoldo Brenes, condicionó la convocatoria de la mesa de diálogo nacional al cumplimiento de una serie de "premisas ineludibles" por parte del Gobierno y le instó a "dar signos creíbles de su voluntad de diálogo y paz" antes de este lunes al mediodía.

El presidente Ortega conversa con el líder católico Leopoldo Frenes.Fot100% Noticias

 Una de las principales condiciones solicitadas por la Iglesia, era "permitir en el menor tiempo posible el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar y aclarar las muertes, y las desapariciones de nicaragüenses", además de otros requerimientos como el cese de la represión o la supresión de los cuerpos paramilitares.

 Este fin de semana, los enfrentamientos entre agentes antimotines y turbas sandinistas contra los manifestantes se multiplicaron por todo el país, siendo especialmente violentos en el departamento de Masaya, a poco más de 25 kilómetros al sureste de la capital.

 Nicaragua cumple hoy 27 días de una crisis que ha dejado al menos 54 muertos, causada por multitudinarias manifestaciones a favor y en contra del presidente Daniel Ortega, que iniciaron con protestas en contra de unas reformas a la seguridad social y que continuaron debido a las víctimas mortales de los actos represivos

No cesan las protestas

Nicaragua vivía horas de tensión este domingo con manifestaciones en las calles contra el presidente Daniel Ortega y a un día de cumplirse un plazo dado por la iglesia católica para que el gobierno cree las condiciones para comenzar un diálogo que luce esquivo.

 Los bloqueos de carreteras y manifestaciones continuaban en ocho departamentos, incluida la capital, donde miles de personas se desplazaron a Masaya, 30 km al sur, que el sábado sufrió horas de "terror y zozobra" ante una feroz represión que dejó un muerto y 150 heridos, según la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).

 Los obispos demandaron el viernes a Ortega que previo al diálogo permita el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cesar la represión, retirar a grupos paramilitares y no obligar a empleados públicos a acudir a manifestaciones partidarias.

 El exdiplomático y opositor Mauricio Díaz dijo a la AFP que Ortega respondió con una carta "llena de ambigüedades donde no hay un compromiso de cumplir" con las demandas y por el contrario arreció la represión entre viernes y sábado.

Diálogo nació muerto

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, miembro de la comisión que prepara el diálogo, escribió en Twitter que el secretario de la CIDH, ha dicho que no han recibido la anuencia del gobierno para venir a Nicaragua.

 Empresarios y sociedad civil enviaron este domingo una carta a la CIDH solicitando su presencia "con carácter de urgencia" para que conduzca una investigación, evaluación y diagnóstico en el terreno sobre denuncias de violencia, persecusión, represión y muertes durante las protestas.

 El Centro Carter, que envió a un equipo al país, llamó el sábado a Ortega, a través de Twitter, a detener la violencia y la represión y "demostrar buena voluntad de ir al diálogo".

 En este escenario el Ejército instó en la medianoche del sábado a "detener la violencia y otras acciones desestabilizadoras", y se declaró a favor del diálogo con mediación de la iglesia católica.

 Un portavoz de la institución castrense aseguró en declaraciones a la AFP que el ejército "no reprimirá" las protestas de la población.

 No obstante, la posición de los militares despertó criticas en sectores opositores que esperan "un mensaje más claro" de los uniformados, que ayude a evitar que siga la violencia en el país.

 El sociólogo y académico Cirilo Otero dijo a la AFP que no se trata que los militares den un golpe de estado "sino que convenzan a Ortega de convocar a elecciones transparentes", pues considera que el diálogo "nació muerto".

Vacío de poder

"La gente perdió el miedo y el respeto a Ortega y a su vicepresidenta y esposa Rosario Murillo. Esto no es gobierno. Lo que hay en Nicaragua es un vacío de poder y liderazgo político", indicó Otero.

 Durante 25 días de protesta Ortega se ha dirigido a la nación cuatro veces, la última el sábado en medio de los disturbios en Masaya, para enviar un mensaje a través de una llamada telefónica de un minuto transmitida por los medios oficiales.

 "Queremos reiterar el llamado y el compromiso de ponerle fin a la muerte y la destrucción. Que no se siga derramando sangre de hermanos", dijo el mandatario.

 "En ese mensaje Ortega llamó a la reconciliación y al amor, pero por otro lado vi una movilización de antimotines hacia Masaya, donde hubo una acción represiva tremenda", apuntó el ex diplomático Díaz.

 La represión contra las manifestaciones es "exagerada y absolutamente desigual" porque el gobierno no esta enfrentando una revuelta armada: "la gente anda en las calles con piedras, palos y banderas" pidiendo justicia y libertad, agregó.

Policías disparan contra estudiantes  en protestas. Foto: Publinews

 Las protestas, que iniciaron estudiantes el 18 de abril contra una reforma a la seguridad social y que se extendieron a otros sectores contra la represión y para exigir libertad y democracia, dejaban un saldo no oficial de 52 muertos.

 La crisis ha evidenciado contradicciones internas en el gobierno, considero Díaz, quien precisó que "no hay una sola voz; no se sabe realmente quién está al frente del Ejecutivo, si es Ortega, Murillo o son otros dirigentes del Partido Frente Sandinista".