Es uno de los hombres más ricos del país, amigo personal de Putin, pero el visado se retrasa y todos creen que se debe a las tensiones con Rusia por el caso de los espías

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22 de mayo de 2018, 10:49 AM
22 de mayo de 2018, 10:49 AM

Ni los millones a veces sirven para sacar ventajas, tal como le pasa Roman Abramovich, el multimillonario ruso dueño del Chelsea, que está estos días en apuros porque ha presentado una solicitud de renovación del visado que le permite circular libremente por el Reino Unido, pero el proceso se está demorando más de lo habitual, según El País.

Los analistas de la prensa británica creen que el caso de Abramovich forma parte de la guerra diplomática entre Rusia y Reino Unido por el caso del envenenamiento del exespía ruso Sergei Skripal en suelo británico. Las autoridades británicas no rechazaron oficialmente expedirle un nuevo visado, pero su dossier se está estudiando todavía.

Abramovich, el decimotercero hombre más rico de Reino Unido según el Sunday Times con 9.300 millones de libras, y residente en Londres, abandonó el país al caducar su visado de inversor y por ello no pudo asistir a la victoria de su equipo, el Chelsea, por 1-0 en la final de la FA Cup, el pasado sábado. Según dos fuentes cercanas al multimillonario, ha vuelto a Rusia.

Lo último que se sabe de él es que viajó en su avión privado hace varias semanas, aunque se desconoce si ha salido del país o no. Otras fuentes aseguran que está en Moscú.

El ruso hizo crecer su fortuna en la turbulenta década rusa de los años 90 adquiriendo activos de petróleo y gas privatizados por el estado que luego volvió a revender al Gobierno ruso ocasionándole grandes ganancias. Desde entonces mantiene una estrecha relación con el presidente Vladimir Putin y es uno de los magnates con mejor posición en el Kremlin. Es propietario de la empresa Evraz, la productora de acero más grande de Rusia, y de la compañía Norilsk Nickel, dedicada a producir metal.

El diario independiente ruso The Bell fue el primero en sacar la noticia de que el visado de Abramovich estaba en el limbo. "Estas cosas pasan por razones misteriosas. Debe ser muy frustrante para él no poder visitar a su querido Chelsea", aseguró William Browder, un gestor de fondos que hace campaña a favor de las sanciones contra las inversiones rusas en Occidente.

El Chelsea, el equipo británico que Abramovich compró en 2003, no ha querido hacer comentarios sobre la noticia. Se sabe que el multimillonario se interesa mucho por los asuntos del club, aunque la gestión del día a día corre a cargo de la directora del equipo. Marina Granovskaia, y del presidente Bruce Buck.

En la Premier League no estaban al corriente del retraso en la concesión del visado a Abramovich. Como propietario de un club, Abramovich tiene que someterse a una prueba anual que hace la Premier a todos los dueños de los equipos en agosto, al comienzo de la temporada, aunque la situación del visado no es un impedimento para someterse al test.(El País)