Lula da Silva, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, fue condenado en enero pasado a 12 años de cárcel por un tribunal de segunda instancia que le halló culpable de corrupción pasiva y lavado de dinero

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4 de abril de 2018, 23:09 PM
4 de abril de 2018, 23:09 PM

Miles de brasileños se manifestaron hoy a favor y en contra del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en al menos 16 de los 27 estados del país mientras la Corte Suprema decidía concederle o no un "hábeas corpus" que le aleje de la prisión tras ser condenado por corrupción.

 

En la capital del país, Brasilia, que cuenta hoy con un amplio dispositivo de seguridad con unos 4.000 policías en su zona central, se reunieron tanto simpatizantes como detractores del líder del Partido de los Trabajadores (PT).

 

 La Policía Militarizada contabilizó unos 4.000 manifestantes de ambas corrientes en los alrededores de la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida en la que se encuentran todos los edificios del poder público, incluidos el Palacio presidencial, el Congreso Nacional y la sede de la Corte Suprema.

 

 En Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, simpatizantes del antiguo dirigente sindical realizaron actos en la Avenida Paulista y en otros puntos del centro, mientras que en Río de Janeiro optaron por apoyar a su líder frente a la Cámara Municipal.

 

Las protestas se repitieron en otras importantes capitales del país como Belo Horizonte, Porto Alegre, Recife, Fortaleza, Manaos o Salvador, entre otros.

 

Los 11 magistrados que integran el pleno de la máxima corte judicial del país deliberan desde hace más de seis horas si conceden un "hábeas corpus" al ex jefe de Estado que le permitiría apelar su condena en libertad hasta agotar todos los recursos en las diferentes instancias judiciales. Sin embargo, si los jueces deciden por mayoría negárselo, su encarcelamiento podría ser ordenado en cuestión de días.

 

Lula da Silva, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, fue condenado en enero pasado a 12 años de cárcel por un tribunal de segunda instancia que le halló culpable de corrupción pasiva y lavado de dinero.

 

El proceso, uno de los siete que enfrenta Lula en la Justicia, está relacionado con la trama corrupta destapada en la estatal Petrobras y se refiere a la supuesta cesión al exgobernante de un apartamento en un balneario paulista de parte de OAS, empresa implicada en el escándalo.

 

Lula sigue de cerca el desarrollo de la sesión en el Supremo en la sede del Sindicato de los Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, municipio en la región metropolitana de Sao Paulo.

 El exmandatario llegó antes del inicio del juicio y se reunió a puerta cerrada con
la expresidenta Dilma Rousseff
, sindicalistas y aliados políticos.