Canadá fue uno de los primeros en replicar y anunció aranceles por 12.800 millones de dólares a bienes estadounidenses. México continúo con una medida similar

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1 de junio de 2018, 9:32 AM
1 de junio de 2018, 9:32 AM

Los aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio, que afectan principalmente a los aliados de Estados Unidos, entraron en vigor este viernes, y pueden desencadenar una devastadora escalada para la economía mundial.Estos derechos de aduana suplementarios de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio de México, Canadá y la Unión Europea, tres de los principales aliados comerciales de Estados Unidos, constituyen una inédita ofensiva en la reciente historia económica, pero también diplomática.

El reproche del primer ministro canadiense Justin Trudeau tuvo un tono dramático: "Estos aranceles son una afrenta a la larga alianza de seguridad entre Canadá y Estados Unidos". "Estados Unidos ha sido explotado durante muchas décadas en el ámbito del comercio. Esos días han terminado", le replicó el presidente Donald Trump.

Por su lado México prometió "medidas equivalentes" contra diversos productos estadounidenses, que "estarán en vigor mientras el gobierno estadounidense no elimine los aranceles impuestos". Se ha fijado una medida sobre un abanico de productos que van desde: aceros planos, lámparas y varios alimentos (piernas y paletas de puerco, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos, diversos quesos) por un monto equivalente.

Ahora todo el mundo mira hacia la Unión Europea (UE), cuya respuesta ha sido hasta ahora verbal.

Una decisión 'ilegal'

Esta decisión de Washington es "un error" y es "ilegal", transmitió el presidente francés Emmanuel Macron a Trump, en conversación telefónica, según la presidencia francesa.

La UE replicará de "manera firme y proporcionada", agregó. "El nacionalismo económica es la guerra" había afirmado Macron antes de esa entrevista.

La canciller alemana Angela Merkel dijo temer "una escalada qui perjudicará a todo el mundo". El gobierno alemán ha prometido que la respuesta al "Estados Unidos primero" de Trump debe ser una "Europa unida".

"Estados Unidos no nos deja otra opción que llevar este conflicto ante la OMC (Organización Mundial del Comercio) e imponer derechos de aduana suplementarios a productos procedentes de Estados Unidos" dijo el jefe de la UE, Jean-Claude Juncker.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, afirmó por su parte este viernes que "la UE no está en guerra con nadie (...) es un proyecto de paz, también en comercio", pero "claramente, la UE tiene que defender sus intereses".

La decisión de Trump contra sus aliados, en nombre de la seguridad nacional, ha generado indignación incluso entre dirigentes de su propio partido republicano. "La decisión va en contra de nuestros aliados, cuando deberíamos trabajar con ellos y ocuparnos de las prácticas comerciales injustas de países como China" se lamentó el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.

El secretario estadounidense de Comercio, Wilbur Ross, minimizó los riesgos de represalia de los países afectados, y dijo que las importaciones procedentes de la UE representan "poca cosa" respecto al déficit comercial de Estados Unidos.

Riesgo de escalada

El impacto económico de los aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio es relativamente limitado, pero el mayor riesgo es una escalada, con represalias y contra-represalias, que podrían afectar gravemente el orden comercial mundial.

"Ello afecta a un derecho de aduana del orden de 10 a 20%, unos 6.000 millones de dólares de exportaciones europeas, es decir una pequeña parte del flujo (comercial), hay que guardar las proporciones", opinó Pascal Lamy, exdirector general de la OMC, este viernes a la radio francesa RMC.

Pero no dejó de calificar de "muy inquietante" la decisión de Washington tomada en nombre de la "seguridad nacional", una justificación a su entender "totalmente grotesca".