El mandatario alertó que esta es la peor de las crisis financieras de Argentina. Reducen de 22 a 11 los ministerios para recortar gastos e imponen tasas a las exportaciones. Hoy se reúne con el FMI, en EEUU

El Deber logo
4 de septiembre de 2018, 4:00 AM
4 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Mauricio Macri dio ayer otro giro de tuerca a su alicaído plan de ajuste en las cuentas fiscales, demandó un consenso a los argentinos para eliminar el déficit y clamó por ayuda del sector empresarial agroexportador para salir de la crisis financiera.

El número de ministerios pasa de 22 a 11, para ayudar a paliar la crisis económica. La mayoría de carteras que desaparecen, entre ellas Salud, Trabajo, Ciencia y Cultura, pasarán a ser secretarías de Estado que dependerán de ministerios restantes, a excepción del de Modernización, que Macri extingue por completo.

Pero los anuncios no parecen calmar a los mercados. A poco más de una hora del cierre, el peso perdía un 4,16% y se cotizaba a 39,63 por dólar.

Hoy, el equipo económico se reunirá con el FMI para acelerar los desembolsos que permitan apagar el incendio.

El Gobierno argentino adoptará nuevos impuestos a las exportaciones y reducirá el tamaño del Estado, en pos del equilibrio fiscal con el que busca enfrentar una crisis económica, mientras renegocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) las condiciones de un programa de ayuda de 50.000 millones de dólares.

Más esfuerzos

“Tenemos que hacer todos los esfuerzos por equilibrar las cuentas del Estado”, dijo el presidente Mauricio Macri en una alocución en la que pidió a los argentinos enfrentar juntos las dificultades.

Pero los anuncios no calmaron a los mercados y en la jornada el peso perdió un 2,74%, para cerrar 39,04 por dólar.

El ministro de Economía, Nicolás Dujovne, explicó que se dejará atrás la meta de déficit fiscal del 1,3% para 2019, para comprometerse con el equilibrio a partir de ese año.

El ahorro fiscal del año próximo será de unos 6.000 millones de dólares, calculó. La meta de déficit fiscal en 2018 es ahora del 2,6% del PIB, equilibrio en 2019 y superávit del 1% en 2020.

Según la firma ING Economics, si con estos anuncios no estabiliza la moneda, “será necesario contemplar opciones más drásticas, como por ejemplo un control de capitales”.

El martes, Dujovne expondrá a la directora del FMI, Christine Lagarde, los detalles del nuevo compromiso que Argentina asume a cambio de acelerar los desembolsos previstos para 2019 y 2020. Desde junio ya recibió 15.000 millones de dólares y la semana pasada otros 3.000 millones.

Más recortes, más impuestos

Entre las nuevas medidas, se decidió aplicar nuevos impuestos a las exportaciones y se redujo la cantidad de ministerios de 22 a 11.

Esas medidas “aceleran la austeridad, pero se quedan cortas en cuanto a las expectativas generadas”, estimó un análisis de Capital Economics.

“No debería sorprender que (el peso) retome su declive en los próximos días. La atención se centra ahora en la reunión con el FMI, en la que se puede pedir recortes más agresivos en los gastos”, añadió Capital Economics.

En su discurso, Macri dijo lamentar tener que gravar las exportaciones. “Sabemos que es un impuesto malo, malísimo, pero les tengo que pedir que entiendan que es una emergencia”, dijo.

Dujovne explicó que ese impuesto será transitorio. Por cada dólar exportado se tributará un adicional de entre tres y cuatro pesos.

Esto significará una recaudación adicional de 68.000 millones de pesos (alrededor de 1,7 millones de dólares) en 2018 y unos 280.000 millones (unos 7.100 millones de dólares) el año próximo, según Dujovne.

Desde abril, Argentina intenta conjurar una crisis cambiaria que disparó la depreciación de la moneda, con un acumulado del 50% en el año.

Malestar y desconfianza

Las medidas no conformaron a todos los argentinos; siempre recelosos de los planes de austeridad.

“La reducción de ministerios me parece una mascarada. El costo de la política nunca lo tocan y la gente ya no se aguanta más ajuste”, dijo a la AFP Tamara Soto Díaz, una abogada de 51 años en la zona financiera de Buenos Aires.

“Los que apoyan (a Macri) también están dudando, da la sensación de que el Gobierno no sabe bien qué hacer y eso es lo peor que le puede pasar, porque pierde legitimidad frente a la gente y todos nos desesperamos”, añadió.

Mientras esperaba para pagar una factura de electricidad de 4.600 pesos, Ángela Tognelli, una empleada de 48 años, se queja: “La anterior fue de 1.600 y la pagué con dolor. Yo no soporto otro ajuste y dicen que el gas subirá 100%, los remedios, el transporte... Yo no veo una salida buena a todo esto”.