El expresidente de Brasil rompió hoy el silencio que mantuvo antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil y sugirió la unión de los demócratas en torno a Fernando Haddad

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24 de octubre de 2018, 22:25 PM
24 de octubre de 2018, 22:25 PM

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva rompió hoy el silencio que mantuvo antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil y sugirió la unión de los demócratas en torno a Fernando Haddad, quien confió en una remontada frente al ultraderechista Jair Bolsonaro.

 Desde la celda en Curitiba en la que cumple una condena de 12 años por corrupción, Lula mandó una carta para pedir el voto a su sucesor en la disputa electoral a fin de frenar el "fascismo", en alusión a Bolsonaro, y garantizar la "supervivencia del pacto democrático".

 "No podemos dejar que la desesperación lleve a Brasil en la dirección de una aventura fascista, como ya vimos suceder en otros países a lo largo de la historia", afirmó el exmandatario (2003-2010).

 El antiguo líder sindical se ha mantenido en un segundo plano durante la campaña para la segunda vuelta y le ha cedido el protagonismo a su pupilo, quien asumió la candidatura del Partido de los Trabajadores (PT) el pasado 11 de septiembre después de que la justicia electoral le inhabilitara políticamente.

 A pesar del respaldo de Lula, Haddad no ha conseguido acortar la distancia de más de diez puntos porcentuales que le separa del ultraderechista y, según los sondeos, perderá las elecciones del próximo domingo frente a Bolsonaro.

 Pero el abanderado del PT instó hoy a sus seguidores a mantener la "esperanza" de cara a los comicios del domingo en un encuentro bautizado como el "acto de la remontada".

 "La elección podía estar decidida hasta ayer. Hoy es probable y él va a descubrir que mañana de probable será posible", afirmó el exministro de Educación en un encuentro celebrado en Sao Paulo.

 Haddad volvió a acusar a Bolsonaro de "huir de los debates", reiteró la "amenaza" que a su juicio el militar representa para las instituciones y cargó contra el mercado financiero.

 "El tal mercado está nervioso, la bolsa hasta cayó porque especulan con el patrimonio público", agregó.

 El sucesor de Lula ganó hoy un espaldarazo y recibió el apoyo de dos rivales históricos del PT, Alberto Goldman y Jarbas Vasconcelos, que gobernaron respectivamente los estados de Sao Paulo y Pernambuco.

 Ambos fueron importantes líderes de la oposición en los gobiernos del PT y duros críticos de Lula, pero admitieron que votarán por Haddad al considerar que Bolsonaro es la peor de las opciones para el país.

 Consciente de su claro favoritismo en los sondeos, el capitán de la reserva prosiguió con el cabildeo en su residencia de Río de Janeiro para recabar apoyos de cara a su eventual Gobierno y este miércoles se reunió con representantes de los grandes productores rurales.

 Los hacendados dijeron haber acudido al encuentro con el candidato para conversar sobre medidas que puedan impulsar la producción rural y exigieron la seguridad jurídica en el sector para frenar las invasiones promovidas por el Movimiento de los Sin Tierra (MST) y otros grupos que luchan por una reforma agraria.

 "Conversamos sobre algunas demandas importantes, como la seguridad jurídica y el derecho a la propiedad. Tenemos que tener políticas agrícolas para quien realmente trabaja la tierra", aseguró el presidente de la Unión Democrática Rural (UDR), Luiz Antonio Nabhan Garcia, tras la cita.

 En las redes sociales, el ultraderechista intensificó las críticas contra su rival y publicó un vídeo en el que el rapero Mano Brown critica duramente los "errores" del PT durante un acto celebrado la noche del martes en Río de Janeiro en apoyo a la candidatura de Haddad.

 El aspirante del PT salió al paso de la provocación de su adversario y afirmó que un "gobierno democrático convive con las críticas", pero "Bolsonaro no".

 En medio de los continuos ataques entre ambos candidatos y de una campaña marcada por el tono beligerante, el Episcopado brasileño exhortó hoy a los votantes a que, con "libertad de conciencia", se inclinen por proyectos que promuevan un país "democrático" y la "paz social".

 El Episcopado pidió que "se depongan las armas del odio y la venganza, que han generado un clima de violencia estimulado por noticias falsas, discursos y posturas radicales, que ponen en riesgo las bases democráticas de la sociedad".

 "Toda actitud que incite a la división, la discriminación, la intolerancia y la violencia debe ser superada", citó la nota, en
una posible alusión a Bolsonaro, que a lo largo de su campaña
ha mantenido un agresivo discurso contra Haddad.