Con un fuerte discurso anticorrupción y pro austeridad, el izquierdista antisistema ha prometido ser un presidente como ningún otro de la historia mexicana

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2 de diciembre de 2018, 11:14 AM
2 de diciembre de 2018, 11:14 AM

Corrientes de humo de la resina de copal inundaron este sábado el Zócalo de Ciudad de México durante una ceremonia prehispánica de limpia al flamante presidente Andrés Manuel López Obrador, a la que se sumaron más de 100.000 personas que celebraban su investidura.

 Con un fuerte discurso anticorrupción y pro austeridad, el izquierdista antisistema ha prometido ser un presidente como ningún otro de la historia mexicana, y empezó su sexenio con un acto colorido que dejó claro qué tan original será su estilo de gobierno.

En un acto sin precedentes, López Obrador recibió en un escenario montado de espaldas a la catedral de la capital mexicana el bastón de mando de los pueblos indígenas, una vara de 80 centímetros hecho con madera del árbol de ahuehuete que representa el respeto y compromiso con los pueblos originarios, que nunca antes se le habían entregado a un presidente.

"Será la guía de usted para gobernar a nuestro país y a nosotros los pueblos indígenas (…) sirva para que usted gobierne obedeciendo", dijo un indígena del empobrecido estado de Guerrero al entregarle el báculo, horas después de que tomo posesión en el Congreso frente a una larga lista de mandatarios.

"Aquí está el símbolo con el que usted conducirá al pueblo. Queremos ser tomados en cuenta", añadió en el templete adornado con flores y motivos indígenas una indígena afromexicana.

 "¡Presidente! ¡Presidente!", coreó en respuesta la multitud. Acto seguido, enfundado con la banda presidencial y cerrando los ojos , López Obrador siguió las instrucciones del chamán -guía espiritual- del rito ancestral llamado "Xochitlali, la puesta de flores".

 Los indígenas le pasaron por el cuerpo a AMLO, como también se le conoce, copas de barro que emanaban humo de copal y puños de plantas verdes medicinales con la finalidad de despojarlo de espíritus malignos, según las tradiciones prehispánicas.

 "Vamos a invocar a los viejos abuelos que cuidan a los diferentes rumbos del universo" para que "la obscuridad se disipe" en el país, dijo micrófono en mano el chamán pidiendo a los simpatizantes de AMLO sumarse a la ceremonia.

"México necesitaba esta limpia" 

Sin dudarlo, miles de personas levantaron solemnes sus manos a los cuatro puntos cardinales rotando sobre su propio eje. Los espontáneos participantes se observaban también en los balcones y techos de los edificios que rodean el Zócalo de la Ciudad de México.

 "Él, nosotros, todo el país necesitaba esta limpia, ya ve cómo está el país con tanta violencia", comentó sollozando "de alegría" a la AFP Alicia Galindo, una vendedora de cosméticos de 49 años.

 Cargando una enorme bandera mexicana, Juan José Ruiz, un maestro de primaria, añadió: "yo creo que este gesto con los indígenas es una muestra de que sí cumplirá sus promesas de campaña con los más pobres. Yo estoy emocionado de ver tanta gente queriendo creer que el país va a cambiar".

 López Obrador, que se ha declarado cristiano, ganó la presidencia el pasado 1 de julio con más del 53% del voto después de haberlo intentado en las dos elecciones previas.

 Durante su campaña recorrió todo el país y fue recibido en una infinidad de comunidades indígenas. En el Zócalo aseguró que este sector tendrá preferencia en todos sus programas sociales.