Mario Abdo Benítez, del Partido Colorado, ganó las elecciones presidenciales este domingo

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La tradicional polka colorada, el himno que preside los actos masivos del Partido Colorado, sonó hoy con fuerza en el centro de Asunción, donde se ubica la sede de la formación conservadora, tras conocerse la victoria de su candidato, Mario Abdo Benítez, que gobernará los próximos cinco años.

 

Las pegadizas notas de esta melodía se entremezclaron con rancheras y rock que distintos grupos tocaban en el escenario improvisado ante la sede, mientras los congregados para festejar el triunfo de Abdo Benítez ondeaban banderas paraguayas y coloradas.

 

No obstante, la afluencia de personas para celebrar la victoria colorada, alrededor de un millar, fue inferior a las de otros actos de campaña, en los que resultó difícil acercarse a las instalaciones del edificio y mucho más moverse por su interior.

 

El coloradismo es para muchos paraguayos casi una religión, y afiliados y simpatizantes ataviados con el color que da nombre a su partido no dudaron en bracear entre la marea roja para situarse lo más cerca del escenario. Ello con la esperanza de no perderse un solo gesto del presidente electo, de su mujer, Silvana López-Moreira, y de los demás políticos que se subieron al escenario la noche electoral.

 

   Entre ellos estuvieron el todavía presidente, Horacio Cartes, que se mantuvo en una discreta segunda fila entre el resto de personalidades, entre ellas el rival de Abdo Benítez en las internas coloradas de diciembre, el exministro de Hacienda Santiago Peña, una de los más aclamados hoy por los votantes colorados.

 

Desde la primera fila también saludaron Luis Alberto Castiglioni, quien apunta a ser el ministro de Relaciones Exteriores del nuevo Gobierno, y el exministro de Educación, Enrique Riera.

 

Marito, como se le conoce en la política paraguaya, habló ante los presentes, muchos funcionarios públicos, para agradecerles su voto en un discurso centrado en alusiones y vítores al Partido, a sus nuevos cargos electos y a sus simpatizantes.

 

Abdo Benítez también se permitió alguna broma al reconocer que fueron "a votar tempranito", en alusión a la canción que publicó días antes de los comicios en sus redes sociales y en la que pedía "ven tempranito a votar por Marito".

 

En su primer discurso como presidente electo, recordó además como un "gran colorado" a su padre, quien fue secretario privado del dictador Alfredo Stroessner (1954-1989).

   "No puedo dejar de recordar a mi padre, que fue un gran colorado", dijo.

 

Al contrario que en sus mítines electorales, Abdo Benítez prescindió de la espontaneidad de su campaña y se retiró del escenario en cuanto concluyó sus palabras para poner rumbo a su casa hacia las afueras de Asunción, donde tenía previsto proseguir la fiesta con sus allegados en una carpa instalada en el jardín de su residencia.

 

   Unos metros más allá del edificio rojo que alberga al partido más conservador del país, unos cuantos coches celebraban la victoria con banderas y cláxones, pero sin olvidar que mañana es lunes, que la victoria sobre la oposición fue ajustada y que todavía queda por conocerse la designación del nuevo Congreso, la otra
batalla librada hoy en las elecciones.