Los bombardeos del régimen contra un bastión rebelde cerca de Damasco, dejó 100 personas fallecidas, entre ellas, 20 niños según el último reporte

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20 de febrero de 2018, 7:08 AM
20 de febrero de 2018, 7:08 AM

Naciones Unidas pidió el cese inmediato de los ataques contra civiles en Siria después de los bombardeos del régimen contra un bastión rebelde cerca de Damasco en los que murieron 100 personas, entre ellas 20 niños.

El ataque del lunes es el más mortífero hasta ahora contra Guta Oriental, una región rebelde cercana a Damasco donde viven hacinadas 400.000 personas en pésimas condiciones.

La oposición en el exilio denunció "una guerra de exterminio" así como el "silencio internacional" frente a los "crímenes" del régimen de Bashar Al Asad en la guerra que empezó hace casi siete años.

Los bombardeos intensivos del lunes mataron a por lo menos 100 civiles, anunció el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). Según el director de esta oenegé, Rami Abdel Rahman, se trata del balance de víctimas civiles más alto en un solo día en esta región desde 2015.

Periodistas de la AFP vieron muertos y heridos en los hospitales de varias ciudades de la zona, donde los socorristas no daban abasto.

Los ataques, que dejaron también 450 heridos, forman parte de la ofensiva del régimen para reforzar sus posiciones alrededor de Guta Oriental y que hace prever una inminente operación terrestre.

En las últimas horas continuaban los ataques aéreos y de artillería contra varias ciudades de esta región, asediada desde 2013 por el régimen y que sufre penurias, constató la AFP.

Los bombardeos contra civiles "tienen que cesar de inmediato", dijo el coordinador de la ONU para la ayuda humanitaria en Siria, Panos Moumtzis. "Es imperativo poner fin inmediatamente a este sufrimiento humano sin sentido", dijo Moumtzis en un comunicado.

"La reciente escalada de violencia agrava una situación humanitaria que ya es precaria para los 393.000 habitantes de la Guta Oriental, donde hay muchas personas desplazadas", explicó el coordinador de la ONU.

Según el director del OSDH, "el régimen bombardea intensamente Guta Oriental de cara a una ofensiva terrestre" tras haber reforzado sus fuerzas alrededor de la zona.

"Misericordia de Dios"

En una morgue de Duma, una de las ciudades de Guta Oriental, Nidal llora cerca del cuerpo sin vida de su hija Farah. Otros padres buscan en hospitales improvisados a sus hijos, vivos o muertos. Un hombre rompe a llorar cuando descubre a su recién nacido bajo una manta, al lado de un charco de sangre.

En Hamuria, civiles aterrorizados intentan esconderse de los ataques. "Sólo tenemos la misericordia de Dios y nuestros sótanos donde nos escondemos", declaró a la AFP Ala Al Dine, un habitante de la ciudad.

En un comunicado, la coalición opositora acusa a Rusia, aliada del régimen, de intentar "enterrar el proceso político" que busca una solución a la guerra que desde el 15 de marzo de 2011 ha dejado más de 340.000 muertos.

El 5 de febrero, el régimen lanzó una ofensiva aérea de una intensidad sin precedentes en la zona que en cinco días dejó unos 250 civiles muertos y centenares de heridos.

El régimen quiere retomarla para poner fin a los disparos de obuses y cohetes de los rebeldes hacia la capital, a veces mortales.

Desde el 5 de febrero, más de 20 civiles murieron por bombardeos rebeldes en Damasco. El lunes, los habitantes de los barrios cercanos a las zonas rebeldes se preparaban a dejar sus casas por miedo a nuevos disparos de cohetes en caso de ataque del ejército.

La guerra en Siria, que empezó con la represión brutal de las manifestaciones que pedían reformas, se ha complicado con la implicación de grupos yihadistas y potencias regionales e internacionales.

En paralelo, en la región de Afrín, en el noroeste del país, Turquía lleva a cabo desde el 20 de enero una ofensiva contra una milicia kurdo-siria, las Unidades de Protección Popular (YPG), que considera como "terrorista".