Río de Janeiro enfrenta una grave crisis de violencia desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016 y que solo el año pasado causó 6.731 muertes

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28 de abril de 2018, 15:23 PM
28 de abril de 2018, 15:23 PM

La Policía brasileña halló este sábado los cuerpos sin vida de cinco personas, supuestamente asesinadas por un grupo de "encapuchados" en Río de Janeiro, donde también murió un sargento policial en un enfrentamiento con criminales, informaron fuentes oficiales. La masacre ocurrió en la madrugada de este sábado en Duque de Caxias, en la Baixada Fluminense, una zona deprimida y peligrosa integrada por varios barrios vecinos a la ciudad de Río de Janeiro, señaló la Policía Militarizada en un comunicado.

De acuerdo con testimonios recogidos por los agentes, un grupo de "hombres encapuchados" disparó en dirección a las víctimas, que eran tres hombres y dos mujeres y se encontraban en un tráiler. El violento episodio se suma a otros ocurridos en las últimas horas en diferentes puntos del estado de Río de Janeiro, cuya seguridad está en manos del Ejército, como así lo decretó el Gobierno brasileño en febrero pasado en una medida inédita.

El sargento de la Policía Militarizada Carlos Eduardo Gomes Cardoso murió también hoy durante un enfrentamiento con supuestos criminales en la favela Bateau Mouche, en la zona oeste de la ciudad más emblemática de Brasil. El agente, de 36 años, realizaba un operativo en esa comunidad y fue alcanzado por disparos en el pecho y brazo que provocarían su muerte poco después en un hospital municipal.

Río enfrenta una grave crisis de violencia desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016 y que solo el año pasado causó 6.731 muertes, entre las que se cuentan las de más de 100 policías y una decena de niños alcanzados por balas perdidas. En la víspera, otros dos niños resultaron heridos por bala perdida en otro choque entre policías y bandidos que tuvo lugar en el norte de la capital fluminense.

Desde el pasado 16 de febrero, cuando se decretó la intervención militar en el área de seguridad, el Ejército ha realizado diversas operaciones en favelas aunque sin entrar en el combate directo contra las bandas criminales, lo que no ha evitado que se repitieran numerosos incidentes violentos.

El comando militar cambió en una de sus primeras medidas a los jefes de la Policía Civil y Militar de Río y anunció en la víspera que cerrará la mitad de las comisarías de la policía pacificadora que se instalaron en las favelas de la ciudad. Se trata de las denominadas "Unidades de Policía Pacificadora" (UPP), las cuales formaron parte de una política de seguridad pública, complementada con inversiones en infraestructura, educación y salud, que se inició por el gobierno de Río en 2008 para expulsar a los narcotraficantes de las comunidades más vulnerables.

La decisión se basó en un estudio interno que indicaba que algunas de esas unidades habían perdido el control y estaban asfixiadas financieramente, una situación extensible también a todo el estado