Fue apresado por la dictadura militar en 1980 por una huelga de los metalúrgicos. Levantó el mayor partido político de la historia de Brasil, el PT. Hoy está condenado

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7 de abril de 2018, 4:00 AM
7 de abril de 2018, 4:00 AM

SAN PABLO (BRASIL)

Fue el niño pobre que venció al hambre, el metalúrgico que sedujo al mundo con su Brasil imparable y ahora un condenado por corrupción camino a la cárcel. Luiz Inácio Lula da Silva ha tenido muchas vidas, pero a los 72 años puede iniciar la menos gloriosa de todas.

El destino de quien Barack Obama calificaba hace una década como "el hombre" había quedado en manos de la Corte Suprema, después de que un tribunal de apelación lo condenara a más de 12 años de cárcel por recibir un apartamento de lujo de una constructora involucrada en el escándalo de sobornos en Petrobras.  

Solo el Supremo Tribunal Federal (STF) podía darle tiempo extra a Lula, que hace un mes reconocía a la AFP que la idea de ir a la cárcel pasaba “todos los días" por su cabeza. Pero este miércoles esa instancia rechazó el habeas corpus solicitado por su defensa.

“Yo no robé. Quiero pelear con el Ministerio Público. Quiero defender mi honra. No voy a permitir que una banda de jóvenes me llame ladrón", lanzó entonces, al referirse a los fiscales y jueces de la Operación Lava Jato.

Lula, que gobernó la mayor economía latinoamericana de 2003 a 2010, se considera víctima de un “pacto diabólico" de las élites para impedir que gane las elecciones de octubre, en las cuales es favorito, con más de un tercio de intenciones de voto.

Esta guerra empezó en marzo de 2016, con la Policía despertándolo al alba para llevarlo a declarar. Ya no hubo vuelta atrás en la escalada.  
En julio de 2017, el juez de primera instancia Sergio Moro lo condenó a casi diez años de cárcel. La pena fue aumentada en enero a 12 años y un mes por una corte de apelación.

Con otros seis procesos abiertos en su contra, la confrontación ha resucitado al combativo líder sindical, que no paró hasta saltar de la fábrica al Palacio de Planalto; pero los escándalos políticos y la crisis económica han oxidado aquel histórico 87% de popularidad con el que dejó la Presidencia en 2010.

De niño, Lula conoció lo más dramático de la pobreza del árido nordeste, su región natal. Séptimo hijo de un matrimonio analfabeto, fue abandonado por su padre ante de emigrar con su familia a San Pablo.

Fue vendedor ambulante y lustrabotas, a los 15 años inició su formación de tornero, perdió un meñique en una máquina y al final de la década de 1970 lideró una histórica huelga que desafió a la dictadura militar (1964-1985).

Brasilia, sin embargo, se hizo esperar y fue derrotado en tres ocasiones como candidato presidencial del PT, que cofundó en 1980.  El político al que la revista Foreign Policy calificaría luego como una “estrella del rock de la escena internacional" alcanzó finalmente la presidencia en 2003. 

Trayectoria

Expresidente de un gigante
Llegó a la Presidencia de Brasil, la sexta economía más grande del mundo, en 2003 por una amplia mayoría electoral.

Reelecto en 2006
Lula da Silva fue reelecto en 2006 y, en 2010, consiguió la victoria de Dilma Rousseff (destituida en 2016 por el Congreso por otro caso de supuesta corrupción).

Cáncer de laringe
Poco después, le diagnosticaron un cáncer de laringe que superó sin problemas.