Los enfrentamientos entre estudiantes y la Policía no han cesado en Managua, donde se espera hoy una gran marcha "por la paz y el diálogo" convocada por los empresarios. Washington dispone la salida voluntaria de estadounidenses

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23 de abril de 2018, 14:42 PM
23 de abril de 2018, 14:42 PM

El gobierno de Estados Unidos ordenó el lunes la partida de Nicaragua de los familiares del personal de su embajada en Managua y autorizó la salida voluntaria de sus funcionarios en ese país, tras una ola de violentas protestas que dejan al menos 25 muertos.

 "Los mítines políticos y las manifestaciones ocurren a diario, a menudo con poco aviso o previsibilidad", dijo el Departamento de Estado, al actualizar su advertencia de viaje a Nicaragua "debido a crímenes y disturbios civiles".

 El gobierno de Donald Trump, que ya había llamado el sábado a "reconsiderar" viajes a Nicaragua por motivos de seguridad, volvió a advertir sobre los actos de violencia en las calles, las limitaciones para conseguir comida y combustible y los bloqueos de rutas, incluido el acceso al aeropuerto internacional.

 La violencia estalló en Managua el miércoles pasado después de que la policía enfrentó a manifestantes que protestaban contra los planes del gobierno de Daniel Ortega de reformar el sistema de pensiones. Los disturbios se extendieron luego a otras ciudades.

 "Algunas protestas resultan en heridas y muertes. Las manifestaciones por lo general provocan una respuesta fuerte que ha incluido el uso de gas lacrimógeno, gas pimienta, balas de goma y munición real contra los participantes y ocasionalmente han llevado a saqueos, vandalismo e incendios intencionales", dijo el lunes el Departamento de Estado.

 Washington instó el domingo a la calma en Nicaragua, lamentando la pérdida de vidas y condenando la violencia y el uso excesivo de la fuerza contra civiles. 

"Estados Unidos hace un llamado a un diálogo amplio que involucre todos los sectores de la sociedad para resolver el conflicto actual, restaurar el respeto por los derechos humanos y lograr un futuro mejor y más democrático para todos los nicaragüenses", dijo la portavoz el Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado.

 El legislador estadounidense Eliot Lance Engel, demócrata de Nueva York y miembro de alto rango de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, urgió a los Estados miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) a "alzar sus voces para condenar la violencia en Nicaragua" e "instar al gobierno de Ortega a respetar los derechos humanos".

 También pidió en una declaración que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ente autónomo de la OEA, realice una "investigación independiente" sobre lo ocurrido.

La secretaría general de la OEA, encabezada por Luis Almagro, dijo el domingo que mantiene su disposición para encontrar soluciones para asegurar la convivencia pacífica en Nicaragua en el marco del Estado de Derecho, abogando por la apertura de "espacios de participación".

"Estos espacios de participación podrían ser establecidos del modo propuesto por la Conferencia Episcopal nicaragüense u otros actores religiosos que cuentan con la confianza de la sociedad de Nicaragua", indicó en un comunicado. 

Sexto día protestas

Los enfrentamientos entre estudiantes y la Policía de Nicaragua no han cesado en Managua, donde se espera hoy una gran marcha "por la paz y el diálogo" convocada por los empresarios, en medio de protestas contra el Gobierno que llegan ya a su sexto día y han dejando al menos 27 muertos, centenares de heridos y destrucción de comercios.

Esta madrugada estudiantes atrincherados en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), en la capital, se enfrentaron a la Policía, mientras que en el interior del país muchos manifestantes permanecieron en la calle durante la noche, sin registro de incidentes.

El domingo el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, anunció la derogación de la reforma a la seguridad social que detonó las manifestaciones callejeras el miércoles pasado, pero ello no calmó los ánimos en este país donde algunas calles en las distintas ciudades muestran barricadas, llantas recién quemadas, piedras, troncos cruzados, y desolación.

Estudiantes y representantes de la oposición dijeron el domingo que "la seguridad social ya no es el tema, sino la libertad de expresión, la corrupción, y tantos otros", como afirmó la presidenta del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Violeta Granera.

"¡Basta ya! Están atacando la Upoli por el lado del Rupap (Recinto Universitario Pedro Arauz Palacios), hay varios heridos e incluso se habla de algún muerto. ¡En este ambiente no puede haber ningún diálogo! ¡Que cese ya la represión!", escribió anoche el obispo Silvio Báez, una de las personalidades más respetadas del país, en su cuenta en Twitter.

Los estudiantes universitarios han sido los principales protagonistas de las mayores protestas contra Ortega en los 11 años que lleva al frente del poder en medio de denuncias de autoritarismo por parte de la oposición.

   En el mismo discurso del domingo en el que anunció la derogación de la reforma que aumentaba las cuotas y bajaba las pensiones, Ortega advirtió que actuaría "con la firmeza correspondiente" para evitar que "se imponga el caos, el crimen, el saqueo", y aseguró que para contaba con la ley y el respaldo de las mayorías.

Mientras Ortega ha acusado a "pequeños grupos de la oposición" de los desórdenes, incluidos saqueos a comercios y ataques a tiros que han costado vidas como la de un periodista mientras transmitía en vivo los enfrentamientos, los estudiantes y manifestantes acusan a las fuerzas de choque del Gobierno, conocidas como "turbas" que, aseguran, actuarían con el apoyo de la Policía.

El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, escribió en sus redes sociales que "no puede seguir habiendo más represión. No puede seguir habiendo más muertos.

 El Cosep convocó desde el pasado viernes la gran movilización que se espera tenga lugar este lunes en la capital nicaragüense. Las organizaciones no gubernamentales reportan al menos 27 fallecidos y la Cruz Roja Nicaragüense suma 428 heridos, de los cuales 235 han necesitado traslado a los hospitales. El gobierno reconoció el viernes pasado una decena de muertos, pero desde entonces no ha dado más cifras al respecto.