Estados Unidos firma un nuevo tratado de libre comercio con México y Canadá. Trump desairó a Vladimir Putin por la crisis en Ucrania y alertó que China tiene una economía “depredadora”. Macri demandó soluciones globales a los graves problemas del planeta

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1 de diciembre de 2018, 4:00 AM
1 de diciembre de 2018, 4:00 AM

El presidente Donald Trump impuso su sello a la cumbre del G-20, que se celebra en Buenos Aires en un ambiente de tensión por el conflicto entre Rusia y Ucrania y la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China.

Miles de personas recorrieron ayer Buenos Aires en una manifestación de rechazo a la “reunión de rapiña” del G-20, en la que fueron protagonistas las críticas al Fondo Monetario Internacional (FMI), el “verdadero Gobierno” de Argentina, y que terminó sin incidentes.

Convocada por la Confluencia Fuera G-20 FMI, que agrupó a más de un centenar de formaciones políticas, organizaciones sociales y sindicatos, la marcha transcurrió por el centro de una capital argentina que fue escenario de un imponente dispositivo de seguridad, con miles de policías y vallas cercando las calles de salida del recorrido previsto.

En la cabecera, un grupo de mujeres con los torsos desnudos y el cuerpo pintado con las banderas de los países participantes centraron la atención de las cámaras y en las pancartas, las caras más repetidas, además de la del presidente argentino, Mauricio Macri, fueron las del estadounidense, Donald Trump, y de la directora del FMI, Christine Lagarde.

Entre las figuras más reconocidas destacó Nora Cortiñas, miembro de las Madres de Plaza de Mayo, de 88 años, quien declaró a Efe: “Estamos acá para repudiar la política económica del Gobierno, que acepta que venga el G20 y el FMI a darnos instrucciones de cómo tenemos que gobernar el país económicamente. No los queremos acá, que se vayan”.

“No queremos que nos hagan pagar una deuda externa que no tomamos nosotros. No queremos represión y no queremos más ajuste”, prosiguió la histórica activista.

Macri pide diálogo

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, demandó a los líderes del G-20 actuar “con el mismo sentido de urgencia que en 2008”, cuando comenzó a celebrar sus cumbres en medio de la grave crisis financiera global, al considerar que en estos años han emergido “tensiones” y hay que “promover el diálogo”.

“Promover el diálogo que respete las diferencias e impulse acciones basadas en intereses compartidos”, señaló Macri ante los presidentes del G-20, entre ellos Donald Trump (EE.UU.), Vladímir Putin (Rusia) y Xi Jinping (China).

“En estos años los cambios y las circunstancias sociales, políticas y económicas a nivel global y en nuestros países han generado un cuestionamiento sobre los mecanismos multilaterales contemporáneos, incluido el G-20 y han emergido tensiones entre nuestros países acerca de la visión de cómo encarar individualmente las oportunidades y desafíos globales”, señaló.

Durante dos días, los líderes de las 20 principales economías desarrolladas y emergentes del mundo debatirán sobre los temas más relevantes de la agenda global, en un momento de fuertes tensiones comerciales entre Estados Unidos y potencias como China y la Unión Europea y por cruciales choques diplomáticos como el que enfrenta a Rusia con Ucrania.

En el centro de convenciones Costa Salguero de Buenos Aires, Macri pronunció las palabras de inauguración de la cumbre de este año de los jefes de Estado y de Gobierno del grupo de países más desarrollados y emergentes, que incluye además mandatarios de Estados invitados y altos representantes de organismos internacionales.

“En el G-20 más al sur que se haya organizado -es la primera vez en Suramérica- los invito que demos un mensaje claro al mundo de que aquí juntos podemos marcar un horizonte de desarrollo, con responsabilidades compartidas, un fuerte compromiso con igualdad de género y unidos en la diversidad”, señaló el anfitrión.

Sin consenso

Pero nada hace pensar que habrá un consenso en el foro que reúne hasta hoy a las 20 economías más potentes y emergentes del planeta y que tiene entre sus polémicos invitados al presidente ruso, Vladimir Putin, al chino Xi Jinping y al príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán.

Luego de que Trump anulara la cita que ambos habían fijado, Putin mostró su espíritu combativo al denunciar las “prácticas viciosas” de las “sanciones unilaterales” y del proteccionismo comercial.

Tras una reunión con Macri, ayer se supo que Trump acordó con Argentina detener la acción “depredadora” de la economía china, lo que molestó a la diplomacia de Pekín. Para hoy se espera una reunión cumbre entre Trump y Xi Jinping, ambos embarcados en una feroz guerra comercial.

La reunión entre Trump y su homólogo chino será el punto cúlmine del primer G-20 en América del Sur.

Gobiernos, mercados y empresas estarán pendientes de los resultados de este encuentro.

El mandatario estadounidense dijo ver “buenas señales” en las relaciones comerciales entre ambos países. Pero también se mostró reticente a un acuerdo en las últimas horas.

“Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China pero no sé si quiero hacerlo”, dijo Trump antes de iniciar su viaje.

Al exigir que Pekín ponga fin a prácticas comerciales, Trump impuso aranceles que alcanzaron 300.000 millones de dólares, incluyendo 250.000 millones de dólares sobre productos chinos, y afectaron a importaciones de acero y aluminio de otros países.

Y China no tardó en reaccionar con medidas recíprocas, lo que ha avivado la “guerra comercial” que los analistas temen pueda golpear la economía mundial.

La próxima batería de aumentos está prevista para el primero de enero, cuando los aranceles de Estados Unidos a importaciones chinas por unos 200.000 millones de dólares podrían subir de 10% a 25% si los dos gigantes no llegan a un acuerdo.

En uno de los pocos momentos de concordia capitalizado por Trump, Estados Unidos, México y Canadá firmaron un nuevo tratado de libre comercio tras meses de tensión, idas y venidas.

Bautizado T-MEC por los mexicanos, el pacto reemplaza al TLCAN que regía el comercio entre estos tres países desde 1994 y que fue derribado por Trump.

La batalla con China

Mauricio Macri dialogó ayer con su par estadounidense, Donald Trump, sobre temas comerciales y de crecimiento económico, la relación con China y la situación de Venezuela, informaron fuentes oficiales.

Pero la cuestión china generó un cortocircuito grave para Macri.

Trump y Macri, tras una reunión previa al inicio formal del G20, se comprometieron a “enfrentar los desafíos regionales como Venezuela y la actividad económica depredadora china”, de acuerdo con un comunicado de prensa emitido por la delegación de Estados Unidos.

Según la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, los presidentes también discutieron sobre la situación en Venezuela y de “la intención de la Argentina de seguir adelante con la agenda económica en favor del crecimiento y de expandir el comercio justo y recíproco entre los dos países”.

“Fue una reunión altamente positiva, está claro que Argentina tiene el respaldo del gobierno de los Estados Unidos”, aseguró el canciller argentino, Jorge Faurie, quien también participó del encuentro.

A diferencia del comunicado de la Casa Blanca, Faurie afirmó que no se profundizó en la batalla arancelaria entre China y Estados Unidos.

MACRI LLORÓ DURANTE LA GALA OFRECIDA EN EL TEATRO COLÓN

El Teatro Colón fue el escenario de una moderna gala organizada para agasajar a los líderes de Estado que participan del G-20. El evento se trató de una sucesión de números de baile que alternaron el folclore con música moderna.

Sin embargo, la nota de color la dio el presidente Mauricio Macri, que al finalizar el show no pudo evitar romper en llanto de la emoción.

Rodeado de los líderes de las principales potencias mundiales, el mandatario argentino se mostró muy movilizado tras ver bailar a los artistas.

De pie, mientras aplaudía, las lágrimas de Macri llamaron la atención de su esposa, Juliana Awada y del mandatario porteño, Horacio Rodríguez Larreta que presenció el espectáculo junto a su esposa Bárbara Diez.

Tras el espectáculo, los presidentes e invitados se trasladaron al Salón Dorado del Colón donde se hizo la cena oficial, cuyo menú incluyó platos típicos argentinos y una selección de vinos de diferentes zonas vitivinícolas de Argentina.

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