El exmandatario está enfrentado a su sucesor y actual presidente de Ecuador, Lenín Moreno. El 3 de diciembre se podrían ver las caras en el congreso de Alianza País

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25 de noviembre de 2017, 19:43 PM
25 de noviembre de 2017, 19:43 PM

El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, quien sostiene una disputa con su sucesor, Lenín Moreno, por el control del oficialismo regresó este sábado al país para defender su partido y buscar la expulsión del mandatario del movimiento.

Correa viajó desde Bélgica, adonde se mudó tras dejar el cargo, hasta la ciudad de Guayaquil (suroeste), donde simpatizantes y opositores lo recibieron lanzando consignas a favor y en contra en medio de un ambiente tenso.

El exmandatario llegó a Ecuador para participar el 3 de diciembre en Esmeraldas (noroeste) en la convención nacional del partido oficialista Alianza País (AP), ahora dividido entre 'correístas' y 'morenistas'. Ambos bandos han nombrado a sus propias directivas y desconocen las decisiones tomadas por la contraparte.

"No permitiremos que los traidores se tomen Alianza País", declaró Correa en una rueda de prensa.

Agregó que en el encuentro se ratificarán los cargos dentro del partido del excanciller Ricardo Patiño y la diputada Gabriela Rivadeneira, quienes fueron sancionados por la comisión ética de AP tras destituir a Moreno de su cargo como presidente del movimiento. Ambos fueron reemplazados en una sesión convocada por el mandatario.

Correa señaló que "se expulsará a los traidores", en referencia a Moreno, al que tildó de "impostor profesional" y acusó de gobernar con la oposición e incumplir el programa de izquierda.

Encuesta de carne y hueso 

Aliados en el pasado, Correa y Moreno se han convertido en rivales políticos, lo que deja al movimiento con un destino incierto. Analistas aventuran algunas hipótesis sobre el futuro de AP, entre ellas el nacimiento de un nuevo partido.

Correa "viene a hacer una encuesta de carne y hueso para ver cómo le va, qué tanta capacidad de movilización conserva y a partir de ahí todo puede cambiar", dijo a la AFP el analista político Esteban Nicholls, de la Universidad Andina Simón Bolívar. 

Para el catedrático, la presencia de Correa hace aún más importante la consulta popular planteada por Moreno, que busca, entre otras cosas, eliminar la reelección indefinida aprobada por el exmandatario.

"La situación de Correa va a ser saldada en la consulta popular, no tanto por el peso de las preguntas sino porque se va a medir la capacidad que aún conserva de movilizar a las personas" y de canalizar votos a su favor, opinó Nicholls, quien no descarta en el escenario una asamblea constituyente.

Al ser consultado sobre la posibilidad de crear un nuevo partido, Correa dijo que todo dependerá de los resultados de la convención, en la que espera poder expulsar a Moreno.

"Nosotros creemos que vamos a ganar esa convención y vamos a mantener Alianza País", dijo Correa, asegurando que será candidato en caso de darse una constituyente.

Los seguidores del expresidente consideran indispensable que Correa "sea reelecto".

"Si es necesaria una constituyente los ecuatorianos estamos convencidos de que queremos que sea candidato", comentó a la AFP Julio Flores, un  hombre de 54 años, que viajó desde Quito para compartir con Correa en almuerzo popular en la localidad de Durán.

El descontento 

El retorno de Correa amenaza con sellar la fractura definitiva en el oficialismo, cuya crisis se agravó con el retiro de las funciones del vicepresidente, Jorge Glas, por parte de Moreno ante las acusaciones en su contra por corrupción dentro de la trama de Odebrecht.

Glas, cuyo juicio por asociación ilícita inició el viernes, es un aliado de Correa y se convirtió en el objetivo de la oposición que busca iniciarle un juicio político.

"Pidan una prueba en concreto contra el vicepresidente Jorge Glas. Todo fue un miserable complot para apoderarse de la vicepresidencia" por parte del ala 'morenista', expresó Correa.

La delicada situación económica del país es otro factor que dividió al oficialismo. Moreno, quien asumió la presidencia el 24 de mayo pasado, acusó a Correa de un manejo irresponsable de la economía y criticó el endeudamiento.

Para los opositores Correa es quien debe ser considerado un "traidor". "Si viene que venga a la cárcel por vende patrias, por endeudar tanto al país", comentó a la AFP Carolina Merchán, un ama de casa que fue hasta el aeropuerto de Guayaquil para mostrar su descontento.