En el sur de Chile persiste desde hace décadas un conflicto entre comunidades indígenas que reclaman la devolución de territorios ancestrales y las empresas forestales o agrícolas que los poseen legalmente.

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24 de enero de 2019, 21:16 PM
24 de enero de 2019, 21:16 PM

La Justicia chilena condenó este jueves a tres años y 541 días de "libertad vigilada intensiva" al retirado sargento segundo de Carabineros Cristián Rivera Silva, por la graves lesiones cometidas en contra del joven mapuche Brandon Hernández Huentecol, a quien le disparó por la espalda. Según fuentes judiciales, la sentencia fue decretada por el Tribunal Oral en Lo Penal de la localidad sureña de Angol por la comisión de lesiones graves y vejación injusta, respectivamente.

El exmiembro del Grupo de Operaciones Especiales (GOPE) de la institución policial fue acusado por los hechos ocurridos el 18 de diciembre de 2016 en el sector Curaco, de la comuna de Collipulli. Según quedó establecido en las investigaciones, Hernández Huentecol fue herido al intentar defender a su hermano de 13 años de varios carabineros, quienes lo habían reducido en el marco de un control de identidad, cuando paseaba en bicicleta cerca de la vivienda familiar, situada en la región de La Araucanía, unos 600 kilómetros al sur de Santiago.

Rivera Silva fue acusado de haber disparado 140 perdigones en la espalda del joven, en ese entonces de 17 años, quien tras el ataque tuvo que ser sometido a 16 operaciones y debió permanecer 45 días hospitalizado. El joven mapuche sigue con secuelas, según afirmó su familia, ya que uno de los perdigones que aún está alojado en su cuerpo se ha ido moviendo en dirección a un pulmón.

En el sur de Chile persiste desde hace décadas un conflicto entre comunidades indígenas que reclaman la devolución de territorios ancestrales y las empresas forestales o agrícolas que los poseen legalmente. En los últimos años el conflicto ha derivado en episodios de violencia en los que han muerto varios comuneros, policías y agricultores, mientras decenas de mapuches han sido procesados y condenados por diversos delitos, principalmente ataques incendiarios.