Los abusos se cometieron en un seminario de Paraná. El cura Justo José Ilarraz fue condenado a 25 años de prisión

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22 de mayo de 2018, 4:00 AM
22 de mayo de 2018, 4:00 AM

La justicia argentina condenó ayer a 25 años de prisión a un sacerdote católico tras hallarlo culpable de abuso sexual contra siete niños, ocurridos en un seminario del noreste del país entre 1985 y 1993.

La Cámara I del Crimen de Paraná, en la provincia de Entre Ríos, condenó al cura Justo José Ilarraz (57 años) con la pena máxima prevista en la ley por abuso y corrupción de menores contra siete niños en el Seminario Arquidiocesano de Paraná, 600 km al norte de Buenos Aires.
Ilarraz quedó bajo arresto domiciliario hasta que la condena quede firme, según dispuso el tribunal.

Era prefecto de disciplina y guía espiritual en el seminario donde perpetró los abusos de niños que estaban bajo su tutela.
Las víctimas tenían entre 13 y 14 años, pero en el lugar había niños más pequeños. Los investigadores sospechan que puede haber más víctimas que se mantienen en silencio.

Los chicos eran internados del seminario de menores y vivían aislados de sus familias, con quienes tenían contacto una vez al mes o menos.
Ilarraz “los guiaba espiritualmente, se relacionaba con los seminaristas de manera informal en el trato, esa era la forma de generar el acercamiento y posibilitar el abuso y también la forma de mantener el secreto por muchos años”, explicó este lunes al canal TN el fiscal del caso Juan Francisco Ramírez.

El fiscal explicó que las víctimas, que callaron por décadas, llevaron su denuncia ante la justicia en 2010, luego de reclamar a la Iglesia católica que Ilarraz dejara de ejercer el sacerdocio.

“Lo hicieron tras tomar conocimiento de que la Iglesia no había sancionado al religioso. Reclamaban que deje de ser sacerdote”, dijo el fiscal.
Ilarraz fue apartado en 2012 del Seminario de Paraná tras el inicio de una investigación interna por orden de las autoridades eclesiásticas.
Sin embargo, partió a Tucumán (noroeste), donde siguió ejerciendo labores pastorales.

Siete de sus víctimas declararon durante el juicio en audiencias que comenzaron hace un mes y se realizaron a puerta cerrada.
La defensa había pedido el sobreseimiento de Ilarraz, quien negó todos los hechos y atribuyó las acusaciones a “una conspiración”.