El robo de bebés se dio en España entre 1950 y 1990. Este martes un ginecólogo tuvo que comparecer ante la justicia

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26 de junio de 2018, 16:20 PM
26 de junio de 2018, 16:20 PM

La Justicia española sentó este martes en el banquillo al ginecólogo Eduardo Vela, de 85 años y acusado de participar en la sustracción de una niña nacida en 1969 a su madre biológica para entregársela a una mujer estéril, el primer caso juzgado en España de los conocidos como "bebés robados" durante el franquismo.

Los casos en España de recién nacidos que fueron quitados a sus padres con engaños para entregarlos a otras familias, en muchos casos previo pago, ocurrieron sobre todo entre 1950 y 1990, prolongándose también en los primeros años de democracia.

El acusado, exdirector de la clínica madrileña donde nació la niña, llamada Inés Madrigal, ya declaró como imputado ante la Justicia en diciembre de 2013, aunque se desvinculó de la trama y negó su participación.

"Yo no sabía", "no recuerdo" o "esto no es mío", reiteró hoy a preguntas de la fiscal el ginecólogo octogenario, quien finalmente compareció ante el tribunal después de que un análisis forense desestimara que padezca una enfermedad degenerativa tal y como había alegado su defensa.

Inés Madrigal, que alega que fue una de los "bebés robados" de España y ha llevado al tribunal al exmédico Eduardo Vela por falsificar su partida de nacimiento para dárselo a su madre adoptiva, durante su ingreso a la corte española en Madrid | Reuters

El Ministerio Público solicita una pena de 11 años de cárcel para el acusado al considerar que Madrigal fue sustraída de su madre biológica y entregada a una mujer estéril (Inés Pérez), a quien Vela le había recomendado fingir un embarazo con cojines.

A la mayoría de las preguntas que le realizó la fiscal, Vela se limitó a contestar que no recordaba nada y tampoco reconoció su firma en los documentos de registro de la bebé, a pesar de que sí lo hizo durante la fase de instrucción.

Tampoco pudo precisar si en la clínica se tramitaban adopciones o quiénes exactamente rellenaban los libros de registro de nacimientos.

Vela, que sí aceptó haber sido director médico de la clínica, no pudo desvelar si existía un protocolo concreto cuando ingresaba alguna mujer para dar a luz, y si por ese centro sanitario pasaban monjas, ni las camas con la que contaba ni el personal que trabajaba en él.

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También declaró que no se llevó documentos cuando se cerró el centro hospitalario y precisó que no sabe dónde fueron a parar.

Su comparecencia comenzó poco después de que las partes debatieran, a puerta cerrada, las cuestiones previas y la petición de la defensa de anular el juicio por entender que los delitos habían prescrito, lo que no fue atendido por el tribunal.

A las puertas de la Audiencia de Madrid se concentraron miembros de distintas asociaciones, que aplaudieron la llegada a la sede judicial de Inés Madrigal y abuchearon la salida de Vela. "Yo soy robada y no he prescrito", fue el grito de una de las víctimas de esta trama, que operó fundamentalmente entre los años 1950 y 1990, en la que los recién nacidos eran sustraídos a sus padres con engaños para entregarlos a otras familias, en muchos casos previo pago.

 Durante la sesión de hoy también compareció Madrigal, quien relató cómo su madre le contó que era adoptada y que siempre le dijo que Vela le había "regalado una niña".Señaló también a un sacerdote, conocido como el padre Félix, como la persona que había mediado entre el ginecólogo y su madre adoptiva.

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Madrigal explicó cómo comenzó a indagar sobre su origen y reconoció que fue "demoledor emocionalmente hablando".

También declaró en el juicio la esposa del doctor Vela, Adela Bermejo, quien negó haber ayudado a su marido en la clínica y aseguró que no recordaba haber estado presente en la entrega de ningún niño.

Un socio de Vela y tres enfermeras tampoco aclararon nada en su comparecencia ya que, según ellos, no tuvieron conocimiento de ninguna irregularidad en la clínica.

El primer caso en España llegó a los juzgados en 2012, tras la denuncia presentada por el supuesto robo de una bebé nacida en 1982, en la que se acusaba a la monja María Florencia Gómez.

 La religiosa, que trabajó con el doctor Vela en la misma clínica, alegó motivos de salud para no acudir a declarar como imputada y
cuatro días después falleció, en enero de 2013
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