La justicia estadounidense lo considera una amenaza para la seguridad del país. Relator de la ONU teme que no tenga un juicio justo. La abogada de la mujer que lo acusaba de violación va a pedir reabrir el caso

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13 de abril de 2019, 4:00 AM
13 de abril de 2019, 4:00 AM

Julian Assange, que pasó su primera noche en una cárcel inglesa, se enfrenta desde ayer a un largo combate judicial en Londres contra su extradición a Estados Unidos, que lo considera una amenaza para su seguridad y quiere juzgarlo.

Assange, de 47 años, detenido el jueves por la Policía británica en la embajada de Ecuador en Londres, donde había vivido refugiado casi siete años, está recluido en la prisión de Belmarsh, en el sureste de Londres, dijo una fuente judicial cercana al caso.

La prensa británica había hablado anteriormente del centro penitenciario de Wandsworth, en el suroeste de la capital.

Belmarsh es una cárcel de alta seguridad que puede acoger hasta 910 presos, incluidos reclusos que suscitan fuerte interés mediático, según un informe oficial de 2018.

Agentes consulares australianos deben visitarlo lo antes posible, anunció ayer la ministra australiana de Relaciones Exteriores, Marise Payne, al tiempo que se declaró “convencida” de que Assange sería “tratado de manera justa”.

El fundador de WikiLeaks había sido detenido por la Policía de Londres, después de que Quito le retirara el asilo diplomático, por haber violado las condiciones de su libertad condicional en 2012 cuando se refugió allí para escapar a acusaciones de agresión sexual en Suecia que no prosperaron.

Esa misma tarde, un juez lo declaró culpable de este delito, pasible de un año de prisión. Su condena será anunciada en una fecha por determinar.

Entre 18 y 24 meses

El australiano fue, sin embargo, detenido una segunda vez en virtud de una petición de extradición de Estados Unidos por “piratería informática”.

Assange rechazó ser entregado a la justicia estadounidense. El caso será examinado en una vista prevista para el 2 de mayo.

El australiano va a “pelearse” contra esta demanda de extradición, declaró después de su comparecencia su abogada, Jennifer Robinson. Para esta letrada, la detención de Assange “crea un peligroso precedente para los órganos de prensa y para los periodistas” de todo el mundo.

La batalla judicial podría durar entre 18 y 24 meses, según Ben Keith, abogado británico especializado en casos de extradición. Y “las posibilidades de ganar son escasas”, dijo a la AFP, explicando que en la mayoría de casos Reino Unido responde positivamente a las peticiones de extradición estadounidenses.

Assange está acusado de haber ayudado a la exanalista de inteligencia estadounidense Chelsea Manning a obtener la contraseña para acceder a miles de documentos clasificados como ultrasecretos. La plataforma WikiLeaks de Assange difundió cientos de miles de documentos secretos del Ejército y la diplomacia de Estados Unidos.

Según el Departamento de Justicia estadounidense, puede ser condenado hasta a cinco años de prisión en EEUU por este cargo.

Acusación suplementaria

Pero “no hay ninguna garantía de que no se produzca una acusación suplementaria” una vez que esté “en territorio estadounidense”, advirtió el redactor jefe de WikiLeaks, Kristin Hrafnsson, que llamó al Gobierno británico a oponerse a la extradición.

Sin embargo, según Keith, este es un escenario improbable dado que existe “una protección específica del derecho internacional en materia de extradición que impide juzgar a alguien con cargos adicionales”.