Evo Morales sorprendió ayer al anunciar la amnistía para Carlos de Mesa y Tuto Quiroga para que actúen en la fase posfallo. Opositores exigieron la misma medida para exiliados y acusados del caso Rózsa y Porvenir

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28 de septiembre de 2018, 4:00 AM
28 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Acababa de bajar del avión que lo trajo de Nueva York, cuando hizo un anuncio que sacudió el tablero político del país. Evo Morales, el mismo que un día antes leyó los fracasos de la política exterior de EEUU frente a Donald Trump y que convocó a las Naciones Unidas a ver el fallo de La Haya, dijo en La Paz: “He tomado la decisión de que ningún expresidente, salvo acusaciones de delitos de lesa humanidad o genocidio, tenga procesos judiciales pendientes que entorpezcan las nuevas actividades internas y externas de defensa y negociación de nuestro derecho marítimo”. Y como Gonzalo Sánchez de Lozada, a raíz de la ‘guerra del gas’, carga en su contra acusaciones del Gobierno por genocidio, los acreedores del privilegio del ‘perdón presidencial’ fueron Carlos de Mesa, vocero de la causa marítima, el líder opositor con el mejor desempeño en encuestas, acusado por la Procuraduría en el caso Quiborax, y Jorge Tuto Quiroga, parte del equipo marítimo, procesado por el caso Petrocontratos.

Y su explicación, un discurso político conciso que tuvo que leer: “Tomo esta decisión de manera personal, apoyándome en la autoridad legal que la Constitución Política del Estado me confiere y lo hago sin solicitar a los expresidentes beneficios para nada personal a cambio, solo que defiendan a Bolivia y a nuestro pueblo y nuestro derecho a una salida soberana al océano Pacífico con todas sus energías, con todo su corazón y capacidad intelectual”.

Amparado en la prerrogativa que le da el parágrafo 14 del artículo 172 de la Constitución, ayer Morales, a cuatro días del fallo de La Haya sobre la demanda contra Chile y a exactos cuatro meses de las elecciones primarias para los comicios presidenciales de 2019, dio un mensaje con doble destinatario: hacia el exterior, sobre todo para La Moneda, dibujó una imagen de unidad nacional en torno a la estrategia posfallo; y para el interior de Bolivia, como apunta el politólogo Franz Flores, “se reposicionó como un líder generoso capaz de dar el perdón presidencial a dos posibles rivales políticos en nombre de una causa mayor; eso sí, con él como actor central”.

Por supuesto, las respuestas de Carlos de Mesa y de Tuto Quiroga no se dejaron esperar y sin rechazar la amnistía, reprocharon la presunción de culpa en contra de ambos. Pero el sacudón que provocó el anuncio quizás tuvo un efecto que Morales no hubiese deseado: varias figuras de la oposición alzaron la exigencia de una amnistía general, que abarque a exiliados y procesados por el Gobierno y que, ojalá, no esté medida por “cálculos políticos y electorales”, dijo por ejemplo Samuel Doria Medina, jefe de Unidad Nacional (UN) y precandidato presidencial.

El ‘perdón’ para Carlos de Mesa

El vocero de la causa marítima se encuentra en Nueva York y ahora se alista para asistir a los Países Bajos a invitación del presidente Morales, a quien él ha llamado el ‘padre de la demanda marítima’. Acompañará a Morales a la lectura del fallo de La Haya y, por ahora, atinó a responder con un par de publicaciones breves de Twitter, muy a pesar de que expertos en política, como el abogado Gustavo Pedraza, exministro de De Mesa, en contacto con EL DEBER Radio, advirtió que el Gobierno, “como no pudo anular por las malas la proyección política de su rival con un juicio de responsabilidades, ahora quieren neutralizarlo ‘por las buenas’”.

“Aprecio el gesto del presidente. Pero no acepto la presunción de culpabilidad. En el caso Quiborax no solo no tengo responsabilidad alguna, soy yo quien acusa a los verdaderos culpables. Finalmente, el juicio no ha sido siquiera considerado por la ALP”, escribió. Poco antes había publicado: “Mi compromiso con la causa marítima está al margen de cualquier circunstancia, por dura que sea. Lo tuve como presidente, lo tengo ahora y lo tendré siempre”.

Para Flores, el mensaje del Gobierno es fuerte: muestra un acercamiento político con el presidente y causa la impresión de que el vocero marítimo, después del fallo, será designado en algún cargo para la negociación con Chile y que la candidatura presidencial que tanto rechazó podría quedar de lado. “Eso sugieren los últimos actos”.

El exministro de Defensa de ‘Goni’, Carlos Sánchez Berzaín, fue más duro. Para él, “la relación entre Evo, Mesa y Tuto siempre ha sido una relación de proximidad, y ambos son sus cómplices en la estrategia de Morales para perpetuarse en el poder”. Para demostrar su punto repasó la caída de Goni, cuando Morales presionó desde las calles y De Mesa terminó siendo presidente y recordó el decreto de amnistía de 2003 con el que el líder del MAS fue absuelto. “En política se pagan favores”, dijo Guido Áñez, otro exministro de Goni, para explicar el beneficio que recibió el vocero.

Quien condimentó todo fue el vicepresidente Álvaro García Linera. “El bien mayor es la defensa del mar (...). Estamos anulando el mal cometido anteriormente en función de la unidad del país”, dijo él.

Amnistía general e irrestricta

Doria Medina, Quiroga, el exministro Guido Áñez y el diputado emenerrista Érik Morón hicieron el coro opositor que exigió que el beneficio se extienda a los procesados por los casos Porvenir, Rózsa y ‘octubre negro’.

“Presidente, usted ha reconocido esta mañana que hay persecución política”, subrayó Quiroga, quien improvisó una rueda de prensa por Skype desde China. El expresidente demandó que el privilegio llegue a Doria Medina, a Leopoldo Fernández, Zvonko Matkovic Ribera, el general Gary Prado y el ex líder cívico cruceño Branko Marinkovic.

Pero el exprefecto de Pando Leopoldo Fernández no cree lo de las amnistías. “Si hubiera buena fe, por parte de los acusadores gubernamentales y un implícito reconocimiento a la probidad de los expresidentes, bastaría con presentar retiro de acusación y el desistimiento correspondiente. "Quieren seguir tomándonos el pelo a los bolivianos”, refutó.

En Chile reconocen que la presión externa aumentará

Hernán Errázuriz alertó que hasta el papa Francisco exigirá una solución al diferendo.

El excanciller de Chile Hernán Felipe Errázuriz reconoció que su país enfrentará una presión internacional en caso de que el fallo de la Corte Internacional de La Haya emita un fallo favorable a la demanda marítima boliviana el próximo 1 de octubre

“Para mí no es un mal escenario (que nos pidan negociar con Bolivia), el tema es que en ese escenario (surgirán) inconvenientes (como) una presión internacional de países del tercer mundo”, dijo Errázuriz, en el programa radial Hablemos en Off. Sin embargo, remarcó que esa presión podría ser “perfectamente manejable” para Chile porque en la actualidad “la alianza del tercer mundo es un bloque bastante desajustado y menos influyente”.