Los menores salieron del país por los conflictos políticos y por la crisis humanitaria. Colombia, Ecuador y Perú son receptores

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30 de abril de 2019, 4:00 AM
30 de abril de 2019, 4:00 AM

Al menos 400.000 niños venezolanos han migrado a diversos países de la región empujados por la crisis humanitaria que vive su país, alertó ayer la directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, María Cristina Perceval.

De ese número de menores, alrededor de 170.000 se encuentran en calidad de migrantes en Perú, un país que, según Perceval, ha visto cambiar en los últimos años su condición de país “de tránsito” a “país de llegada”, y que acoge en la actualidad a más de 700.000 venezolanos, según la oficina estatal de Migraciones.

De acuerdo con datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), alrededor de 3,4 millones de venezolanos han abandonado el país debido a la crisis política y humanitaria, con destino a Colombia, Perú, Chile o Ecuador.

Entre los riesgos que acompaña la migración de niños, niñas y adolescentes, Perceval resaltó a las problemáticas propias de la región, en las que se incluye la explotación sexual, la violencia, grupos delictivos, redes de narcotráfico, entre otros.

En esa línea, Perceval consideró clave la intervención de la comunidad entera, para que estén atentos y alertas a que esos niños reciban protección.

“Pedimos que la comunidad entera esté atenta a que esos niños y niñas reciban protección porque se están dando casos de extremo riesgo”, anotó.

“Queremos reconocer los avances y el respeto a lo establecido por la Comisión Nacional de los Derechos del Niño por el Gobierno de Perú y la sociedad peruana, pero también alertar sobre algunos signos de preocupación”, apuntó Perceval, quien llegó a Lima para lanzar la campaña Recíbelos con amor, que promueve la no discriminación de niños, niñas y adolescentes migrantes.

La preocupación de Unicef responde a la falta de cobertura de necesidades básicas y elementales como “saneamiento, acceso al agua, así como a sistemas educativos para garantizar plena inclusión y acceso de niños y niñas”, los cuales, anotó Perceval, no se logran cubrir por las comunidades de acogida debido a que no estaban preparadas para el fenómeno migratorio venezolano.