El limitado acceso de científicas a los laboratorios del mundo causa un efecto “pirámide”, por el que pocos trabajos de mujeres llegan a la etapa calificatoria

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17 de diciembre de 2017, 4:00 AM
17 de diciembre de 2017, 4:00 AM

Las decisiones del comité calificador de los premios Nobel no han sido equilibradas según consideraciones de género, así lo muestran las estadísticas: solo una medalla de cada 20 ha sido entregada a una mujer. Pese a una reciente mejora, desde 2015 ninguna recibió el prestigioso premio.

Las distinciones científicas de Medicina, Física y Química, de Literatura y de Economía se entregan en Suecia, y la de Paz, en Noruega, dos países que se reivindican feministas y se enorgullecen de guiar a occidente en la senda de la igualdad de género.  

Sin embargo, aunque el número no haya dejado de aumentar desde la primera edición, pasando de cuatro laureadas entre 1901 y 1920 a 19 entre 2001 y 2017, las mujeres Nobel -48 en total- representan poco más del 5% de los 896 premiados en la historia.  

De los premios originales -el de Economía se instituyó en 1968-, el de Física y el de Química son los más “misóginos”: solo distinguieron a dos y a cuatro mujeres. La única mujer premiada dos veces, Marie Curie, lo fue en esas dos categorías, en 1903 y 1911.

Laboratorios vetados
“Decepciona ver que las mujeres han sido mucho menos premiadas”, reconoce Göran Hansson, secretario permanente de la Academia Real de las Ciencias en Estocolmo, a cargo de los premios de Física, Química y Economía.  

“No hay chovinismo masculino en los comités de selección”, asegura. Cuatro de ellos (Medicina, Química, Paz, Literatura) están presididos por mujeres.  Para él, el que haya tan pocas laureadas se debe, en primer lugar, a que las puertas de los laboratorios les estuvieron cerradas mucho tiempo.  

Un efecto “pirámide” confirmado por la física Anne L'Huillier, miembro de la Academia Real de las Ciencias y del comité Nobel desde 2010. “Es evidente, sobre todo en las materias ‘duras’, excepto para ciencias de la vida”.  

Con todo, el palmarés de Medicina, que atribuye el instituto Karolinska, no resulta alentador: 12 mujeres de un total de 214 premiados, esto es, un 5,6%.

 El premio de Economía, financiado por el Banco de Suecia, solo llegó a manos femeninas en una ocasión, en 2009.  
“Es verdad, somos todos hombres blancos, viejos hombres blancos”, ironizó Richard Thaler, Nobel de Economía este año, durante la entrega de los premios.  

En el siglo XXI

¿Y qué hay de Literatura? Solo 14 poetisas o novelistas (12,3%) han sido premiadas. Pero, la tendencia es favorable, puesto que el 36% de esos premios han sido para mujeres desde 2007.

“Va en buena dirección y nada nos dice que las estadísticas no seguirán mejorando”, escribió en su blog la secretaria permanente de la Academia Sueca.  

“La Academia Sueca no depende de estadísticas. Le preocupa a es la calidad”, subrayó Sara Danius, enredada desde hace semanas en las revelaciones #metoo (#yotambien) que sacaron a la luz las estrechas relaciones de la academia y el francés Jean-Claude Arnault, casado con una académica y acusado de haber acosado, agredido o violado a numerosas mujeres.  

En el Nobel de la Paz las mujeres están más representadas: 16 galardonadas de 104, un 15,4%. Aún así, muy lejos de la paridad.  

Una realidad que da cuenta del “lugar de las mujeres en la sociedad del siglo XX”, según Olav Njølstad, director del Instituto Nobel.  Pero las cosas van cambiando y desde 2002 hubo seis laureadas.  

En 2011, el comité premió a tres mujeres al mismo tiempo: la presidenta liberiana Ellen Johnson Sirleaf, su compatriota Leymah Gbowee y la yemenita Tawakkol Karman, figuras destacadas de la “primavera árabe”.  

Una evolución que refleja también la feminización del comité.  
“Con el tiempo, es importante que hayamos pasado de un comité dominado por hombres a uno en el que estamos, más o menos, al 50/50 [de hombres/mujeres]”, resaltó Olav Njølstad.

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