El cerebro sigue funcionando durante la noche y en la mañana requiere energía para rendir en las clases. La carrera de Nutrición de la UNE impulsa talleres en colegios

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3 de febrero de 2018, 9:00 AM
3 de febrero de 2018, 9:00 AM

Hay una relación directa entre el desayuno y el rendimiento escolar. Para poder aprender, el cerebro necesita energía para reactivarse luego de las ocho horas recomendables de sueño; sin embargo, la agitada vida familiar y los malos hábitos adquiridos por los niños hacen que se descuide este alimento y se reemplace por dulces o comida chatarra que afectan directamente a la salud y la atención del estudiante en la clase.   


Así lo identificó una investigación de la carrera de Nutrición de la Universidad Nacional Ecológica (UNE) denominado Estudio de la situación actual de la distribución de las meriendas escolares, que puso el foco en una unidad educativa del barrio Nueva Esperanza de Santa Cruz, realizado durante el primer semestre de 2017. 


El resultado coincide con un estudio del Banco Mundial que establece que el 80% de los estudiantes no desayuna para ir a la escuela y consume alimentos ricos en azúcar, sal, bebidas carbonatadas o energéticas, que, al contrario, inhiben la memoria, la capacidad para prestar atención y el desarrollo cognitivo.


Al respecto, el experto en Neurociencia y vicerrector de la UNE, Manuel Rojas, afirmó que mientras el cuerpo descansó, unas seis a ocho horas, el cerebro se mantuvo funcionando y al despertar necesita de determinados alimentos para reponer energías. “Si eso no ocurre, ralentiza sus capacidades”, precisó el académico.


Un buen desayuno
Pero, ¿qué ingredientes debe tener un buen desayuno escolar? La jefa de la carrera de Nutrición de la UNE, María del Carmen Abela, indicó que lo ideal es ingerir un desayuno rico en proteínas, carbohidratos, grasas no saturadas y vitaminas y minerales.


En otras palabras, se recomienda el consumo de lácteos (leche, queso, yogur), fibras (avena), carbohidratos (pan, api), diferentes tipos de frutas que son ricas en vitaminas y minerales, y almendras, por ser un fruto seco nutritivo y a la venta en cualquier mercado.


La jefa de la carrera de Nutrición propone de ejemplo dos combinaciones de menú: taza de avena con leche, dos almendras picadas y un pedazo de durazno; o si no, leche, pan, queso, media manzana y una o dos almendras.   


A propósito del desayuno que dan en los colegios, comentó: “Es recomendable indicar que el desayuno que ofrecen en los colegios es un complemento a la alimentación de la casa y nunca va a reemplazarla”.

 

Beneficios en la salud
Para la nutricionista Abela, un buen desayuno ayuda también a prevenir enfermedades como gripes o infecciones; y, al contrario, advirtió que no desayunar provoca subidas indeseadas de peso.


Puso de ejemplo la vitamina A,  que tiene altas propiedades antioxidantes, que protegen a las células contra el daño tóxico diario de la oxidación; en ese sentido mencionó a la papaya como una fruta que la tiene en abundancia.

 

Talleres escolares
El docente de Nutrición de la UNE Jhonny Arando estuvo al frente del estudio en el colegio Nuevo Horizonte, ubicado en el barrio Nueva Esperanza,  y constató los malos hábitos alimenticios por parte de los estudiantes y analizó que las meriendas de los chicos cubría el 50% de la cantidad de nutrientes recomendada, por lo que impulsó la realización de talleres coordinados entre padres, niños y municipio que se realizaron durante el segundo semestre de 2017 y adelantó que continuarán este año. 


“La UNE dictó talleres de educación alimentaria para promover prácticas que enriquezcan las dietas alimenticias, como también incidan en sus malos hábitos; se trabajó además en huertas escolares con algunas unidades educativas produciendo hortalizas para la preparación de raciones alimentarias que fueron presentadas en una feria escolar”, destacó.

 

Crisis en el aprendizaje
Según datos del último Informe de Desarrollo Mundial (WDR 2018, por sus siglas en inglés), del Banco Mundial, se evidencia una crisis de aprendizaje en los países de ingresos medios y bajos, donde más del 60% de los niños evaluados no lograron habilidades mínimas en matemáticas y lectura, mientras que en los países ricos casi todos superaron ese nivel.


Según el documento, la crisis de aprendizaje impide a los jóvenes tener mejores salarios en el caso de América Latina y el Caribe, además que profundiza las diferencias entre ricos y pobres.


¿Es posible revertir esta tendencia? Según el WDR 2018, sí, pero es necesario un trabajo extenso para mejorar todos los factores vinculados al aprendizaje, como la alimentación. Para los académicos de la UNE, el objetivo es fortalecer la información sobre nutrición para lograr que las familias den mayor importancia al desayuno y que tengan un equilibrio adecuado entre fruta, carbohidratos y bajo en proteínas, que a largo plazo garantizará el desarrollo físico y mental de los estudiantes, lo que se verá reflejado en su rendimiento escolar.

 

Para tener en el menú

Proteínas y crecimiento
Son moléculas que utiliza el organismo para su desarrollo. Se encuentran en la carne, huevos, legumbres, cereales, verduras y lácteos como el queso o yogur. 


Carbohidratos y energía
Proporciona mayor energía al cuerpo. Se encuentran en azúcares, almidones (arroz, papa) y fibras (cereales, legumbres).


Grasas y salud
Las grasas buenas o no saturadas ayudan a absorber vitaminas; están en el aceite de oliva, las paltas y las nueces.

 
Frutos secos
Son almendras, nueces, castañas y avellanas. Contienen una elevada cantidad de ácidos grasos omega 3, proteínas y fibras, por lo que se aconseja comer con moderación.