Una sicóloga clínica y una terapeuta sistémica dan sus recomendaciones para no caer en las redes del estrés que provocan los compromisos y los gastos de estos días

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15 de diciembre de 2017, 6:00 AM
15 de diciembre de 2017, 6:00 AM

Aunque las de fin de año son festividades esperadas pueden alterar la rutina y en algunos casos llevar al estrés porque se presentan muchos compromisos que pueden escaparse de las manos. Pero no todo está perdido, existen soluciones.  “Cumplir con las cortesías y el ritual social no deja de ser algo que altera la rutina diaria e insume un tiempo que a veces las personas no tienen disponible por sus actividades laborales y responsabilidades, lo cual genera factores que causan estrés adicional”, asevera la sicóloga Paula Benedict.

La profesional hace notar también que hay un tipo de personas que esperan con mucha ansiedad dichos festejos y disponen mucha energía para que las fiestas salgan ‘perfectas’ y si no salen así, se estresan más. 

Peor aún son las nerviosas, porque en esta época pueden ponerse tensas y ansiosas por las múltiples tareas. “Esta situación suele elevar los indices de alerta por hacer las cosas de forma más eficiente y de no olvidar nada ni a nadie. Una base de personalidad ansiosa puede provocar descontrol, mal humor e incluso agresividad en situaciones de mayor exigencia”, describe Benedict, desde su consulta privada.

Por su parte, la terapeuta sistémica Tania Buzzolaro subraya que el clima de la Navidad es realmente hermoso, pero “es importante entrar en él con el verdadero espíritu navideño. Más vale el fondo que la forma, y esto es lo importante conservar”. 

Ambas profesionales elaboraron una lista de claves y sugerencias para no caer en las redes del estrés y disfrutar esta época: 

1.- Lo importante es la actitud. Ella juega un papel importante en el nivel de estrés porque si la persona no está dispuesta a enfrentar estos instantes que se salen de la rutina diaria programada con muchas cosas fuera del esquema, sentirá como si recibir la familia, organizar el encuentro, o solamente participar de él, es demasiado agotador y le quedará un sabor amargo en una época del año caracterizada por ser la más dulce. 

2.- La planificación se puede hacer desde el principio del año. Los regalos pueden ser adquiridos en los días de descuentos realizados por todas las tiendas en el mes de noviembre, por eso planificar uno o dos días libres en estas fechas ahorrará mucho correteo y ansiedad en los días de diciembre. 

3.- Acordar en familia una compra racional de regalos, mediante sorteo, amigo secreto o definir qué regalos son solo para los niños y en una medida justa, sin excesos. Así la preocupación económica será menor.

4.- Es recomendable trazarse un cronograma familiar para  organizar la cena del 24 para  evitar que sean siempre los mismos que organicen. Cada uno participa de la manera que le sea más factible. Por ello, la mejor idea es dividir las responsabilidades con las demás personas involucradas. También se puede acordar un menú y que cada familia o invitado se haga cargo de una parte, o contratar el servicio de comida y fijar una cuota para todos.

5.- En el caso de las personas que no tienen familia cerca o por algún motivo están solas, estas épocas son más difíciles, pero en su mayoría siempre habrá amigos o colegas dispuestos a abrir  un espacio en sus grupos familiares para recibirlos.

6.- Priorizar y no pretender cumplir con todos. En nuestro medio es muy común tener una gran cantidad de eventos festivos, lo cual se incrementa a fin de año, pero cada persona debe elegir qué cosas atender y a qué personas, ya que algunos compromisos son ineludibles por cortesía y otros por ser familiares o de amistades, lo mejor es organizarse para compartir con las personas más significativas y renunciar a otras para disponer de unos días de vacación para descansar.

7.- Compartir las preocupaciones. Siempre hay alguien que estará encantado de escuchar y de ser escuchado. Saca tiempo para tomar un café con los amigos.