Peligro. La pérdida de un tercio de su territorio y la sobrecacería ponen en riesgo la existencia de este gran felino en extensas zonas del Gran Chaco. Un estudio de la Universidad Humboldt de Berlín reconstruye tres décadas de cambio en esta extensa ecorregión y propone planificar para salvarlos

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30 de septiembre de 2018, 4:00 AM
30 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Desplazados de su territorio en el Gran Chaco, ecorregión que comparten Argentina, Paraguay y Bolivia, el jaguar (Phantera onca) reportó un rápido declive en los últimos 30 años. La caza excesiva y la deforestación del bosque tropical seco fueron identificadas como las principales causas de su desaparición, según el estudio realizado por el biólogo boliviano Alfredo Romero Muñoz en la Universidad Humboldt de Berlín.

Los cambios en los 1,1 millones de kilómetros cuadrados de la zona chaqueña fueron evaluados en la investigación, abarcando el periodo entre 1985 y 2013. Los resultados apuntan a que el área se ha convertido en un foco global de deforestación, donde la expansión de cultivos y pastizales para la producción de ganado vacuno y soya, le ganan espacio al gran carnívoro sudamericano.

Esta situación empeora con la falta de políticas de protección de los parques nacionales existentes, reportando solo un 10% del área protegida para la naturaleza, mientras que un 68% permanece desprotegida.

Los resultados también señalan la importancia de las tierras cercanas a fronteras internacionales como refugios para la vida silvestre y, por lo tanto, la urgente necesidad de una planificación transfronteriza para evitar la extinción inminente de los jaguares del Chaco. Las oportunidades radican en reducir la mortalidad en las áreas con alto riesgo de caza, refiriéndose a las más próximas a los asentamientos humanos o áreas de pastoreo.

Millones de hectáreas

Entre las cifras recogidas en la investigación, se menciona que tres millones de hectáreas del territorio fueron copadas por la agricultura para convertirse en pastura o tierras de cultivo. Mientras, la caza de ejemplares se extendió por más de siete millones de hectáreas. La interacción de ambas amenazas ha sido letal para la población de jaguares y disminuyó un tercio de los 1,1 millones de kilómetros cuadrados de su hábitat.

Romero Muñoz cita como los principales depredadores de estos felinos a los ganaderos y explica que la situación puede agravarse por la constante expansión de la ganadería. “Los jaguares son vulnerables a la caza porque viven a densidades muy bajas y tienen que desplazarse sobre áreas enormes”, aseguró.

La creencia de que el Gran Chaco es una región vulnerable para los grandes felinos y que una pronta desaparición total de la especie esté cercana, se basa en que entre 1985 y 2013 más del 20% del bosque se vio reducido, lo que equivale a 142.000 kilómetros cuadrados.

El rastreo

Durante el tiempo que abarcó el estudio, se registraron 741 muestras confirmadas de presencia de jaguares en todo el territorio y se crearon 10.000 ubicaciones aleatorias para realizar el seguimiento de los grandes ejemplares y conocer sus desplazamientos.

Dentro de la investigación se identifica al espacio comprendido desde el 2000 a 2013 como el que mayor pérdida de territorio registra, de áreas protegidas o no protegidas.

La disminución ha presionado también a otras especies dentro de la fauna, especialmente a los grandes mamíferos que son la fuente de alimentación de los felinos del Chaco. Esta variable es también una de las causas de la disminución en la población de jaguares.

Reservas grandes

Los grandes espacios destinados a la conservación de fauna y flora en el Gran Chaco reportan menos daños en sus biosistemas, mientras que en las reservas pequeñas se produjeron más casos de mortandad de ejemplares, asegura Tobias Kuemmerle, director del Grupo de Biogeografía de la Conservación de la institución investigadora y coautor de la investigación.

“Las áreas protegidas pequeñas perdieron hábitat del jaguar, ya sea porque los bosques cambiaron o porque el acceso a los cazadores se hace más fácil. Otra de las causas es que los jaguares al salir de las reservas se vuelven blancos fáciles”, detalla Kuemmerle.

Explica que las áreas grandes mantienen más efectivamente un hábitat de alta calidad para población chaqueña de jaguares.

El papel de las fronteras

Mantener y salvar la existencia del jaguar del Chaco depende en gran manera de un trabajo conjunto de los tres países que comparten la ecorregión. La investigación sitúa en el área de las fronteras la mejor oportunidad para realizar acciones conservación.

“El jaguar del Chaco puede ser salvado. Nuestros resultados apuntan a la importancia de mantener los hábitats a lo largo de las fronteras internacionales”, reafirma Kuemmerle.

Apunta a que los mapas publicados en el estudio, define las áreas de riesgo y son una herramienta válida para detener la desaparición inminente de los jaguares en la región.

El Gran Chaco

El bosque seco tropical más grande de Sudamérica está situado en el Gran Chaco, siendo esta ecorregión una de las más amenazadas del mundo.Sus límites están definidos por el río Paraná y las Yungas andinas, el bosque chiquitano y las llanuras pampeanas.

En su extenso territorio se identifican 53 sistemas ecológicos, de clima y topografía variados. Guarda más de 3.400 especies de plantas, 500 especies de aves, 150 de mamíferos y más de 200 de reptiles y anfibios.

Animales emblemáticos como el jaguar (mencionado en este reportaje) y el tatú carreta, se encuentran en peligro crítico de extinción, siendo parte de su ecosistema el oso hormiguero y el tapir. La fauna típica incluye variedades de monos, coatíes, zorros y comadrejas.

La flora de la región también se ha visto afectada, especialmente por la extracción maderera. Especies como el emblemático quebracho es fuertemente explotado. Actualmente, debido a la expansión de la frontera agropecuaria en todos los países que abarca, el Gran Chaco perdió millones de hectáreas, y el desmonte continúa.

En el caso específico de Bolivia, la política de ampliación de la frontera agrícola ha dejado vulnerables parques nacionales como el Kaa Iya.

A ello se suma la pérdida de calidad del suelo, debido a la práctica de chaqueos, la nula aplicación de técnicas de manejo y conservación de suelos.

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