La mujer de la etnia Guna denunció que sus derechos fueron vulnerados. Las autoridades electorales recapacitaron y permitieron tomar fotografías con el aro.

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16 de agosto de 2018, 22:13 PM
16 de agosto de 2018, 22:13 PM

Una indígena guna denunció este jueves que tuvo que quitarse la tradicional argolla dorada que las mujeres de esa etnia llevan en la nariz para renovarse el carné de identidad en Panamá, lo que supone una violación de los derechos de los pueblos indígenas.

La mujer hizo una pequeña protesta a las puertas del Tribunal Electoral de Panamá para denunciar que la funcionaria que le había obligado a quitarse la argolla para hacerse la fotografía oficial había violado la Ley 20 del 26 de junio de 2000, que protege la identidad cultural de los indígenas panameños.

Durante la protesta, estuvo acompañada por otras mujeres guna que portaban carteles en los que se podía leer "Respeta mi historia y mi cultura" y "Que se respete la Ley 20", según mostraron las televisiones locales.

Las mujeres de la etnia Guna, uno de los siete pueblos indígenas que existen en Panamá, visten coloridos trajes con dibujos alusivos a la naturaleza, que reciben el nombre de "molas", y algunas de ellas llevan también una gran argolla dorada en la nariz, denominada "olu'a" en lengua guna, que les atraviesa el tabique nasal y que suelen colocársela en la adolescencia.

El Tribunal Electoral indicó en un comunicado que dio instrucciones a todas sus sedes regionales para "no exigir a las mujeres gunas remover el olu'a", ya que su identidad se puede verificar a través de la huella digital. "La fotografía para el documento de identidad se les tomará respetando su indumentaria y costumbres étnicas culturales", insistió la institución.

En Panamá existen cerca de 400.000 indígenas, que representan alrededor del 11 % de la población total y que se agrupan en 7 etnias principales: Emberá, Wounaan, Guna, Ngäbe, Buglé, Naso y Bri-Bri.

Aunque el país centroamericano es uno de los que más crece de la región, la situación de los indígenas es precaria: la pobreza afecta a 96,7 por ciento de las personas y la desnutrición crónica al 72 por ciento de los niños y niñas menores de cinco años, de acuerdo con la última encuesta oficial.