Con la aprobación de la ley 229 hay esperanza de reducir el tiempo del proceso de adopción. En los últimos seis años solo 30 solteras se animaron a hacer la solicitud

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27 de mayo de 2019, 4:00 AM
27 de mayo de 2019, 4:00 AM

Mariela (nombre ficticio) se centró en su desarrollo profesional; entre sus hermanos, ella fue la encargada de dirigir la empresa que tenían junto a sus padres. A sus 35, todos sus hermanos ya estaban casados y ella era la única soltera de la familia.

Si bien eso no le preocupaba, sí comenzó a enfocar su atención el deseo de ser madre. Primero le aconsejaron que se someta a la fecundación in vitro, pero a ella le pareció un acto muy egoísta porque hay muchos niños en hogares que necesitan el cariño de una madre.

A los 37 años se animó y comenzó lo que luego sería su primer proceso de adopción; actualmente está en etapa de finalizar el segundo. No fue una decisión fácil, pero contó con el apoyo de su familia. “Si hay madres solteras ¿por qué no una madre soltera adoptiva? Las cosas se dieron así y me siento bendecida. No me imagino mi vida sin mis dos hijos”, expresó firmemente ocho años después de una de las decisiones más importantes que asumió, la de ser madre.

Mariela vive en Cochabamba y forma parte de la Asociación de Padres Adoptivos con el objetivo de promover que más personas tengan hijos gestados en el corazón.

A kilómetros de distancia, en Santa Cruz, está Verónica (nombre ficticio), una doctora que hace siete años tuvo la oportunidad de darle un hogar a uno de sus pacientes que enfrentaba difíciles problemas de salud y fue abandonado por sus familiares.

El asesor legal del Servicio de Políticas Sociales (Sedepos) de la Gobernación Cruceña, Miguel Ángel Moscoso, enfatizó que el estado civil no es una limitante para la adopción, solo es fundamental demostrar la solvencia económica necesaria para hacerse cargo del hijo.

Recientemente se aprobó la Ley 229, de Abreviación Procesal para Garantizar la Restitución del Derecho Humano a la Familia de las Niñas, Niños y Adolescentes, con el objetivo de reducir el tiempo del trámite pues hasta el año pasado el proceso podía llegar a durar varios años.

Adoptó un bebé y un niño

Luego de un largo trámite, a Mariela le entregaron su primer hijo, Ariel (igual nombre ficticio) de solo nueve meses, bajo el término legal de guarda con fines de adopción. “Fue algo muy dulce, viví sus primeras palabras, sus primeros pasos. Fue una experiencia inolvidable”, comenta.

Su segundo hijo, Raúl (nombre ficticio también) llegó casi con cuatro años. Con él vivió otras experiencias que la hicieron más sensible a la situación de niños que están en los hogares. “Una vez pasamos por el hogar donde estuvo y me preguntó medio preocupado, “¿mamá voy a volver aquí?”, lo abracé y le dije que no, que él ahora era solo mío”, recordó.

Su hijo mayor, Ariel esperaba con ansias la llegada de su hermano Raúl, estaba preparado, de hecho comentó a sus compañeros de colegio que tendría un hermanito. Cuando al fin llegó, tuvo que enfrentar el cuestionamiento de sus amistades: “¿Por qué su nuevo hermanito no era un bebé?”, el pequeño a su corta edad respondió que: “ambos eran adoptados, que no sabían dónde estaba su mamá pero que Dios les dio una mejor”. “Me sorprendió la madurez con la que enfrentó la situación”, explicó orgullosa Mariela. Ella, desde pequeños, les contó a sus dos hijos el proceso de adopción para que entiendan que es algo natural. “Solo lo malo se oculta, la llegada de mis hijos es una bendición, no tengo nada que ocultarles. Yo soy sola y soy su mamá. Ellos entienden que son míos, de nadie más. No crecieron en mi pancita, pero sí en mi corazón”, reflexiona.

De acuerdo a datos de Servicio de Asistencia Social de la Gobernación cruceña, en los últimos seis años, se tuvieron 30 solicitudes de adopción de mujeres solteras. En este tiempo solo un varón solicitó iniciar el trámite. En promedio en cada gestión se reciben cerca de 100 solicitudes de parejas. Muy pocos procesos se consolidan, por ejemplo; en el 2018 solo se entregaron cinco niños, este año ninguno. Mientras, en la actualidad hay 2.000 infantes, entre 0 y 18 años, en Centros de Acogida.

De doctora pasó a ser su madre

Verónica estaba en su último año de formación de Medicina y conoció el caso de un pequeño que estuvo internado en terapia intensiva por varias semanas. En la sala eran más de 10 bebés, pero solo él, Carlos, (nombre ficticio) no recibía visitas. El pequeño había sido abandonado por su progenitora porque no tiene un pulmón, entre otros problemas de salud. “Me conmovió que estaba solito, todos los demás estaban acompañados de sus madres, pero él solo era atendido por el personal de enfermería. Eso me motivó a acercarme más al bebé”, recordó. Desde el momento que lo conoció siguió de cerca su evolución, supo que en varias ocasiones se intentó, sin éxito, contactar a los padres biológicos, hasta que se llamó a la Defensoría para que sea derivado a un hogar.

Verónica contó que una vez vio que el niño se iba del hospital en una ambulancia, pero luego de horas retornó. Este fue el primer intento fallido de derivarlo, hubo al menos dos más, ningún hogar lo quería recibir por su frágil salud. Verónica, explicó que el ver volver al niño, fue una señal que la hizo decidirse a conversar con sus padres sobre la posibilidad de adoptarlo. Se animó e ingresó su solicitud, luego de semanas le entregaron al niño en guarda legal con fines de adopción. Fue madre soltera por elección durante cinco años, recientemente se casó y hoy tiene otra bebé de un año. “A nuestros dos hijos los queremos por igual, pero toda la atención se vuelca a nuestro hijo mayor por su estado de salud”, reconoció.

Preferencia a niños enfermos

El asesor legal de la Gobernación enfatizó que, para dar en adopción, de acuerdo a la norma, se deben priorizar a los niños con alguna enfermedad y a los hermanos. Aunque, reconoció que en la práctica esto se da más en el caso de adopción internacional porque las parejas nacionales y menos las solteras, no suelen incluir en su solicitud “que el niño tenga alguna enfermedad”.

CON LOS CAMBIOS EN LA LEY, EL TRÁMITE DE ADOPCIÓN DEBE DURAR DOS MESES
Tanto Verónica como Mariela demoraron más de tres años en completar el proceso de adopción. Wálter Román, técnico de Asistencia Social, reconoció que, aunque en la norma anterior se establecía que el proceso debía durar solo cuatro meses, en la práctica duraba hasta dos o tres años. “Sí, tuvimos un solo proceso que se completó en los plazos previstos”, agrega como anécdota. Con el cambio en la normativa, se establece que el trámite legal debe durar solo dos meses.

La juez de la Niñez, Shirley Becerra, destacó que con los cambios en la normativa se espera reducir en la práctica los tiempos, citó como importante la reducción del plazo para los informes biosicosociales, de 30 a 10 días. Para la juez, Marisol Ortiz, también es importante para agilizar el proceso la reducción del tiempo de preconvivencia entre los solicitantes y los niños.

Todas las autoridades consultadas coincidieron que la principal traba actualmente es la definición de la situación jurídica de los niños. Luego de que el menor ingresa a un hogar, como medida de protección, se debe esclarecer su situación legal, este es un trámite impulsado por las Defensorías.