Las personas cercanas procesan el mundo de manera similar. Esto ha sido observado en cerebros de amigos por resonancia magnética. A la inversa, intentarán predecir las posibilidades de volverse amigos

El Deber logo
4 de febrero de 2018, 4:00 AM
4 de febrero de 2018, 4:00 AM

Una resonancia magnética del cerebro puede predecir el grado de amistad entre dos personas a partir de los patrones cerebrales que se producen en ciertas zonas cuando el sujeto ve fragmentos de vídeos cómicos, partes de debates o de documentales, según un estudio publicado recientemente por la revista Nature. 


Investigadores de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) y el Dartmouth College, ambos en Estados Unidos, han determinado que las respuestas cerebrales ante ese tipo de estímulos son similares entre las personas que comparten mayores lazos de amistad.


A medida que la distancia social entre dos individuos se incrementa, las estructuras neuronales que revela una resonancia magnética funcional (IRMf) difieren cada vez más. Esto ocurre como si la proximidad y la amistad ocasionaran un nivel de coordinación entre las respuestas cerebrales de personas que tienen mayor afinidad.

 

Amistades predecibles
A partir de sus observaciones, Carolyn Parkinson y su grupo argumentan en su trabajo que pueden emplear esa técnica para predecir la probabilidades de que dos personas se vuelvan amigas.


“Las respuestas neurales a estímulos dinámicos y naturalistas, como los vídeos, nos permiten observar los procesos de pensamiento espontáneos de las personas aen tiempo real mientras se producen”, explicó Parkinson en un comunicado del Dartmouth College.
“Nuestros resultados sugieren que los amigos procesan el mundo que está a su alrededor de un modo excepcionalmente similar”, señaló la investigadora.


Para llegar a sus conclusiones, el grupo estadounidense analizó los resultados de resonancias magnéticas de 42 estudiantes universitarios, 12 mujeres y 30 hombres de entre 25 y 32 años, todos ellos integrados en la misma red social, con diferentes grados de cercanía.
Los científicos comprobaron que las áreas del cerebro implicadas en la interpretación de datos sensoriales y emocionales respondían de forma parecida a los estímulos entre los amigos que eran más cercanos.


“Somos una especie social, vivimos nuestras vidas de manera conectadacon todos los demás. Si queremos comprender cómo funciona el cerebro humano necesitamos entender cómo nuestras mentes se dan forma las unas a las otras, la manera en que se coordinan", afirmó la investigadora Thalia Wheathely.