Fenómeno impresionante. En países del norte de Europa, como Rusia, Noruega, Finlandia o Suecia, el invierno hace de las suyas con el día y la noche, lo que genera bellos paisajes. Hay jornadas con más de 20 horas de luz solar. Es una época hermosa para hacer turismo

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12 de agosto de 2018, 4:00 AM
12 de agosto de 2018, 4:00 AM

Las noches blancas son un fenómeno que ocurre en las últimas semanas de junio, alrededor del solsticio de verano, el 21 de junio, en las regiones polares del planeta, en las que los atardeceres y los amaneceres forman un contínuo de luz solar. La oscuridad nunca es completa. El Sol sigue visible a las 10 de la noche y el crepúsculo se encuentra con el amanecer.

Si bien junio es el mejor para vivir de cerca el fenómeno de las noches blancas y del sol de media noche, en julio y principios de agosto los días parecen ser inmortales, con más de veinte horas de luz.

Finlandia, Noruega, Rusia y Suecia son buenos lugares para pasar la temporada si los viajeros quieren saber cómo son los días muy largos. La experiencia también es intensa en Estonia, Lituania, Dinamarca y, en general, en el tercio norte de Europa.

La comunicadora Valeria Buitrago, que ahora se encuentra en Finlandia, cuenta que las noches son muy hermosas: oscurece un poco hacia medianoche y a las 3:00 vuelve a salir el sol. La temperatura promedio es de 30 grados. Recién a mediados de agosto comienza a oscurecer a las 20:00.

“Con la temperatura tan buena, uno puede tomar sol casi hasta las 9:00 de la noche o irse a acampar. Solo oscurece un poco y no por completo, el cielo se pone rosado y nos regala unas vistas maravillosas. Realmente es una época que vale la pena vivirla”, resalta Valeria.

Sol de media noche

Entre junio y julio, la viajera sugiere visitar Finlandia para vivir la sensación de luz que aporta ese sol que brilla en la noche. Es muy hermosa la región de los Lagos, donde los atardeceres a medianoche son un bellísimo espectáculo sin igual.

Cielos pintados de mil colores y una luz suave que embeleza las pupilas; sin embargo, lo que más atrae es darse un baño bajo el sol de medianoche, el agua es un poco fría, pero la experiencia bien vale la pena. ¡Es magia pura!

Bajo la luz del sol en Rusia

Si gustan del bullicio y pasear, San Petersburgo es quizá la mejor ciudad para escaparse en estas fechas, señala Valeria.

Asimismo, la bloguera española, Nani Arenas, señala que la capital rusa es tan monumental y tiene tanto, pero tanto, que conocer, que realmente el turista estará agradecido por esas horas extra de luz para pasear y ver más y más palacios, monumentos, plazas, lugares históricos y, sobre todo, mezclarse con la gente local que, a última hora de la tarde, sale a la calle en masa a disfrutar de la temporada.

No obstante, si hay algo que vale la pena destacar es la posibilidad de contemplar la descomunal fachada del Hermitage, el gran museo palacio de San Petersburgo, teñida de oro y rojo. Es una experiencia única, casi sobrenatural.

Atardecer en la Ópera de Oslo

En criterio de Nani, una vista obligada para tomar fotos impresionantes antes y después de la medianoche, es en la ópera de Oslo, en Noruega. La blancura del edificio y el color del cielo son una combinación perfecta que merece la pena contemplar. El edificio esta formado por una serie de rampas por las que se puede subir, bajar y pasear. Es una visita original, divertida y única, es el lugar preferido por la mayoría de los turistas.

La mejor experiencia se la puede vivir subiéndose a la cima de la ópera al atardecer para contemplar desde allí hermosas vistas del mar y de la ciudad, con paisajes tan maravillosos que tranquilizan el espíritu.

El Festival de las Noches Blancas de San Petersburgo es famoso por los espectaculares fuegos artificiales y velas escarlata, una demostración masiva que celebra el final del año escolar.

A vivir la madrugada

Nani sugiere a Tallin, capital de Estonia, como otra ciudad donde disfrutar del sol de medianoche. La capital de Estonia, famosa por dar cobijo a uno de los cascos antiguos medieval, mejor conservados de la zona y protegido como Patrimonio de la Humanidad, es un buen lugar donde pasear hasta el amanecer sin sentir culpa porque la luz del día nunca se va del todo.

Da gusto ver el atardecer en la plaza Raekoja, donde antes se reunían mercaderes y ahora se dan cita turistas que llenan las terrazas y pasear por esas callejuelas empedradas hasta bien entrada la madrugada.

Bajo la luz del verano

Los turistas pueden disponer casi de las 24 horas del día para realizar actividades como salidas en motos acuáticas, equitación, natación, senderismo. Casi todo lo que puede hacer durante el día puede hacerlo durante la noche. ¿Hora de dormir? ¡Más tarde!

2. La ópera de Oslo. La blancura del edificio y el color del cielo hacen una combinación perfecta.
3. Las fogatas. Son frecuentes y se pueden hacer en el campo o en las ciudades.
4. Baños nocturnos. Darse un champuzón en la madrugada en la región Los Lagos, en Noruega, es una experiencia mágica
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